La salsa mayonesa, infaltable en la mayoría de los hogares argentinos, es una emulsión de huevo y aceite condimentada con sal, limón o vinagre, que suele utilizarse tanto fría como integrando platos calientes.
Es muy común que se recurra a cualquiera de las muchas industrializadas que están disponibles en las góndolas de los súper o en los comercios de cercanía, como también a las preparadas en casa con fórmulas a partir del huevo crudo, su ingrediente principal.
La receta de mayonesa casera que estamos sugiriendo, además de evitar el riesgo de contraer una infección por salmonella, ya que se prepara con el huevo cocido, tiene la virtud de ser una salsa más ligera que la tradicional, porque para emulsionarla se necesita menos aceite.
Otro punto a favor es que no se corta y se conserva durante mayor tiempo sin perder sus cualidades.
Como siempre, está abierta la puerta, de la cocina, para que ingrese la creatividad, añadiendo otros ingredientes para darle sabor, como hierbas frescas, morrones asados, etcétera.
Ingredientes
2 huevos
Media cucharadita de sal
Medio limón
50 ml de aceite de oliva suave
Preparación
1. Resulta obvio que el primer paso será poner a hervir a fuego medio los huevos, en abundante agua durante ocho a diez minutos, contando a partir del momento en que el agua entra en ebullición.
2. Una vez fríos, pelar los huevos duros y disponerlos en el recipiente o vaso en el que se preparará. Añadir la sal y el jugo de limón, que puede sustituirse por una cucharadita de vinagre.
3. Verter el aceite y triturar los ingredientes. Si queda algo espesa se le puede agregar un poco de agua hasta lograr la textura deseada, licuando hasta que la salsa se emulsione.
Demás está decir que, según el gusto, se puede utilizar otro tipo de aceite, como el de oliva extra virgen, o por el contrario si se desea que no se note el sabor del aceite se puede recurrir a uno neutro, como el de girasol.
Se puede consumir recién hecha o guardarla en la heladera, en un tarro hermético. A diferencia de la mayonesa casera tradicional, esta elaboración no exige su consumo inmediato. Sea como fuere ¡buen provecho!