Entre las variadas propuestas que conforman el cronograma de actividades diarias conformado para estas vacaciones de invierno, el Museo Histórico municipal está exhibiendo de modo permanente una serie de retratos de época captados por los fotógrafos que trabajaban en verano en Monte Hermoso, especialmente en la playa.
«Muchos provenían de ciudades cercanas, Coronel Dorrego, Tres Arroyos o Bahía Blanca, que venían a cubrir algunos eventos que quedaban registrados con sus cámaras; muchos eran profesionales, otros comenzaban sus primeros pasos, de manera que eran cada vez más, verano tras verano», explica Maxi Retamozo, quien está al frente de la sala de exposiciones.
Cuenta que es todo un testimonio sobre los tipos de vestimentas, como los trajes de baño, la diversidad social, las costumbres, en los comienzos de un pueblo que estaba naciendo en la zona aledaña al antiguo, emblemático, hotel de madera.
«A medida que la fisonomía de Monte Hermoso iba cambiando, la práctica evolucionaba también, con la instalación de laboratorios artesanales, donde se revelaban las fotografías y los turistas las retiraban en distintos puntos. Así fue naciendo una sana competencia en la actividad por ver quién vendía más fotografías en un día de playa, y algunos creaban una escena con barquitos, perros o llamas como estrategia de venta».
Esos recuerdos fue recogiendo Maxi en el armado de la exposición, a lo que agrega: «Esas personas con la cámara colgada del cuello, con el sol radiante sobre sus cabezas en verano, recorrían kilómetros de playa, aunque cuando el número de retratistas creció cada uno se asentaba en un sector determinado para llevar a cabo su arte; no se trataba solo de sacar fotografías, sobresalía la técnica y la actitud de esos profesionales».