Este 6 de agosto se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de Leif Larsen, figura que dejó una huella imborrable en la historia local. Su vida y legado continúan presentes en la memoria colectiva de la comunidad.
Leif nació el 5 de febrero de 1928 en Aparicio, como el menor de once hermanos de una familia danesa integrada por Pablo Cristian Larsen e Hingrid Helene. Desde muy chico visitaba Monte Hermoso, donde años más tarde elegiría asentarse de forma definitiva.
A comienzos de la década del 50 llegó a la ciudad, pero por entonces no se dedicaba aún a la pesca artesanal, actividad que más tarde lo volvería una figura popular. En sus primeros años, trabajó en obras viales y en la fabricación de bloques.
En el libro Monte Hermoso, entre dunas y mareas, de María Teresa Caramelli, el propio Leif recordaba aquellos veranos familiares: “Veníamos siempre a veranear aquí en dos carros, porque éramos muchos. Nuestros padres paraban en el hotel de madera; recuerdo haber andado por debajo del hotel buscando chapitas. También veraneábamos en el faro”.
Recién en 1960 comenzó a dedicarse a la pesca artesanal. Para entonces, ya era respetado por sus amplios conocimientos sobre el mar, las mareas y el clima. Muchos pescadores y vecinos buscaban su consejo, convencidos de que nadie conocía mejor el comportamiento del mar.
No era extraño encontrarlo caminando por la playa, seguido por una decena de perros que lo acompañaban y recibían su afecto. Su presencia se volvió parte del paisaje y de la vida cotidiana de Monte Hermoso.
Pero además de pescador, Leif se destacaba por su cultura general. Amante de los libros y las palabras cruzadas, en su casa familiar contaban con una biblioteca de más de mil ejemplares. Ninguno de los hermanos Larsen asistió al colegio primario, pero una profesora particular les enseñaba en el campo.
Leif Larsen falleció el 6 de agosto de 2003, a los 75 años, como consecuencia de un paro cardíaco. Su salud venía deteriorada desde hacía algún tiempo, afectada también por un cuadro senil progresivo.
Hoy, a 22 años de su partida, su figura continúa viva en el recuerdo de muchos vecinos. En su honor, más de una imagen en la ciudad, como este mural, lo inmortalizan junto al mar que tanto amó. Porque la historia de un pueblo también se escribe con las huellas que dejan quienes supieron vivir con pasión, sabiduría y sencillez.
Foto destacada: captura de video de Néstor Machiavelli