El mercado de los alquileres temporarios presenta características generales similares al de los permanentes, con las particularidades lógicas en cuanto a la extensión del contrato, el equipamiento, o los servicios y hasta la flexibilidad en la negociación.
Lo que se repite en ambos casos es la posibilidad de contratar a través de comercios dedicados a los negocios inmobiliarios o de recurrir a los propietarios que buscan alquilar de modo particular, en muchos casos para evitar el costo adicional que puede acarrear el pago de honorarios o de comisiones.
Este medio, incluso, tiene una sección dedicada a alquileres, con estricto control de la autenticidad de las publicaciones, que no están limitadas a los particulares.
Es común en Monte Hermoso ver carteles con la leyenda “dueño alquila” con la indicación de un número de teléfono para contactarse, pero más difundida es la búsqueda o el ofrecimiento de los interesados que aprovechan la difusión masiva de las redes sociales para contactarse sin intermediarios. De todos modos, los valores suelen estar en sintonía con los del mercado formal.

Repasa su trayectoria: «En este tiempo gané muchos clientes y mucha buena reputación solo haciendo bien las cosas; por eso, sin dependencia de la situación del país y las economías de turno, siempre me ha ido y me va bien».
Palabra más que autorizada, la consultamos sobre el movimiento que advierte para la temporada que se avecina.
«He comenzado con mucha antelación a alquilar contra el pago total, por una cantidad importante de días de alojamiento, entre un mínimo de siete y un máximo de 16 en los segmentos médium y prémium. Pero hay un amplio abanico de tarifas para todos los bolsillos, a cinco, siete o 10 cuadras de la playa. Con un 30 % más que el año pasado, con un rango de precios que va de 110.000 a 260.000 pesos por noche», confiesa.
En contrapartida, señala que «si bien hay mucha consulta las reservas mermaron en los segmentos economy, los más distantes, a 300 m del mar, por ejemplo. En pleno centro, con cochera y aire acondicionado, hermosas propiedades, sin lavarropas, algo muy buscado, no han corrido misma suerte».
La explicación es que «tenemos cada vez un turismo más exigente, que busca un mayor confort a una menor tarifa. De ahí surgen la cantidad de estafas, que han vuelto con todo, lamentablemente. ¿Que decir sobre esto? En la búsqueda de lo más por menos deberían bajar las pretensiones para hacer posible pasar unos días preciosos, con un Laverap cercano…».
Bárbara vislumbra una buena temporada. «Necesitamos tiempo hasta que llegue el aguinaldo; las ganas y necesidad de venir de vacaciones está en todos y para muchos, a 100, 150, 200 o 400 km, encontrarse con una de las mejores playas de Argentina sigue siendo la mejor y más económica opción, por la ausencia de gastos de traslados y co-seguros médicos. Ni pensar en otros destinos a los que llegar implica viajar más de 1.000 km, así que estoy conforme, en un momento difícil, de mi pequeño lugar», reflexiona.
Las operaciones que concreta −dice− son en un 95 % con clientes, de varios años muchos de ellos, procedentes de La Pampa, Rosario, Santa Fe, de Buenos Aires y el Conurbano, de Neuquén, Bahía Blanca. «Este Año, hasta ahora no de Mendoza, San Juan, San Luis, Córdoba ni Tucumán, considero que por los gastos de combustible, y otros, por las distancias».
El riesgo de las estafas
Hay muchos modos que suelen utilizarse para falsear la realidad: propiedades inexistentes o que no les pertenece, fotografías que no corresponden a lo ofertado; electrodomésticos que no funcionan; deterioros en la infraestructura; capacidad para un número inferior de ocupantes que lo asegurado, etcétera.
Aunque es algo que lamentablemente se repite a pesar de las advertencias que se hacen, como mencionó nuestra entrevistada, bien vale insistir con los consejos que brindan los expertos para evitarlo.
En las búsquedas en redes, la primera sugerencia es hacerlo en grupos con trayectoria que ofrezcan garantías en cuanto a que extremen los cuidados para verificar la veracidad de lo que se ofrece en alquiler.
Algunos aspectos que deben tomarse en cuenta para evitar sorpresas desagradables se señalan a continuación.
– Analizar quién es el que ofrece el inmueble, tratar de conseguir referencias, saber si se trata de un particular o de una inmobiliaria.
Tener en cuenta el número de teléfono, determinar a qué ciudad corresponde la característica. En cierto momento, se detectó que los comenzados en 261 y 299 estaban involucrados en operatorias fraudulentas.
– Solicitar el envío de más fotos de la propiedad. Si no hay respuesta pronta al pedido, lo aconsejable es dudar.
– Prestar mucha atención al precio publicado: lo barato puede salir muy caro. Un valor muy bajo es motivo de alarma.
– Procedimiento de reserva: lo usual es que se pida entre 20 y 30 por ciento de adelanto, aunque actualmente en casos se exige el pago total. Sea como fuere, no es buen síntoma que el oferente se muestra apurado por recibir la transferencia.
– Acceder a la mayor cantidad de datos personales posibles de quien publica la oferta, entre ellos su domicilio y número de DNI.
– Visualizar la propiedad por medio de la aplicación Street View en Google Maps, como un cuidado adicional, que puede ser de relativa utilidad debido a que los tramposos también la utilizan para ponerse a cubierto.







