Ambiente: qué se discute en la cumbre sobre cambio climático que se está llevando a cabo en Egipto

La Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático se extiende entre el 6 y el 18 de noviembre

Cumbre sobre el cambio climático

Jóvenes activistas manifiestan exigiendo a los líderes que traten de acabar con el uso de los combustibles fósiles

La Conferencia de Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático, COP27, se está celebrando en Sharm el-Sheikh, Egipto, desde el 6 de este mes hasta el 18 de noviembre.

El objetivo propuesto es el de “emprender acciones en cuestiones fundamentales para hacer frente a la emergencia climática: desde la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero, el fortalecimiento de la resiliencia y la adaptación a las consecuencias inevitables del cambio climático, hasta el cumplimiento de los compromisos de financiación de la acción climática en los países en vías de desarrollo”.

Sobre la cuestión, para tratar de entender lo que se está discutiendo, reproducimos un artículo que firma Javier Rivas, integrante del equipo de Opinión de El País, de España.

Puestos en fila, algunos (mínimos) datos científicos quizá hagan reflexionar a negacionistas o retardistas del cambio climático, muy próximos o más lejanos. Quizá (casi seguro) no. Pero esta es la evidencia irrefutable:

— Entre 3.300 y 3.600 millones de personas, es decir, casi la mitad de la población mundial, viven en contextos “altamente vulnerables” al cambio climático.

— Las temperaturas han aumentado en Europa más del doble de la media mundial en los últimos 30 años.

— Las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años crecieron un 68 por ciento entre 2017 y 2021 en comparación con el quinquenio 2000-2004.

— El planeta se encamina hacia un aumento de la temperatura media de aproximadamente 2,5 grados para finales de siglo, lo que puede multiplicar la intensidad y frecuencia de los fenómenos climatológicos extremos que, solo en Europa, causaron el año pasado pérdidas por más de 51.400 millones de dólares.

— La concentración en la atmósfera del dióxido de carbono (CO₂) –el principal gas que sobrecalienta el planeta– es la más alta en los últimos dos millones de años.

— El 15 por ciento de las centrales nucleares y un tercio de las térmicas que precisan del agua para refrigerarse están en zonas que sufren estrés hídrico.

— Una sequía como la vivida este verano en el hemisferio norte puede registrarse una vez cada 20 años; sin cambio climático, se daría una vez cada 400 años.

A nada que alguien se interese por la vida que le espera podrá añadir cuantos ítems desee a los anteriores.

El martes comenzó en la ciudad egipcia de Sharm el Sheij la COP27, la nueva cumbre del clima. Manuel Planelles, especializado en la información sobre cambio climático y enviado especial (de El País) a ese cónclave, había adelantado que será una cita de transición para mantener viva la lucha de los países en vías de desarrollo en su intención de recibir ayudas de las naciones más ricas, responsables históricas del cambio climático.

Salvo sorpresa, habrá pasos, de menor que mayor concreción, para compensar a los más vulnerables. El compromiso internacional era que los países desarrollados movilizaran 100 mil millones de dólares (una cifra similar de euros) al año para financiación climática a partir de 2020 (indemnizar por el daño ambiental). Esa promesa no se está cumpliendo.

Probablemente, no se plantearán nuevas medidas específicas, más allá de instar a proseguir con el recorte de emisiones y alertar del riesgo de subsidiar los combustibles fósiles en este mundo de guerra e inflación.

La anterior cumbre (la COP 26), celebrada en Glasgow hace ahora un año, concluyó con un llamamiento para que los países actualizasen al alza sus planes climáticos, pero solo 24 de los 193 miembros del Acuerdo de París han presentado nuevos planes o los han renovado.

También antes de la cumbre, la especialista en el tema Cristina Monge cuestionó tres elementos que se han convertido en mitos sobre la crisis climática.

  1. El principal problema no lo tiene el planeta sino quienes lo habitamos (…) La parte más vulnerable ante la crisis climática no es el planeta como ente físico, sino los sistemas biológicos que sustenta, en particular nuestras sociedades”.
  2. El cambio climático no es un problema de futuro sino de absoluto presente. Lo acontecido este verano en España es una muestra”, con 42 días de olas de calor –siete veces más que el promedio entre 1980 y 2010– incendios en proporciones no vistas y sequías.
  3. No se trata de sacrificios sino de disfrute”. Sacrificarse hoy por un futuro vivible es “una estrategia perdedora, construida, en el fondo, desde consideraciones del modelo de vida actual como algo deseable y placentero al que habría que renunciar”.
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