Luego del siniestro ocurrido hace pocos días en Balneario Sauce Grande, en el que una familia perdió por completo su vivienda, un grupo de vecinos se movilizó para plantear una preocupación concreta: la necesidad de contar con un cuartel de bomberos en la localidad.
Si bien se destacó la celeridad y eficiencia del cuerpo activo, se coincidió en que, con una dotación en el lugar, la labor sería más rápida, considerando que el fuego puede arrasar todo en pocos minutos.
En el encuentro realizado en la sede de la delegación municipal participaron, además de vecinos, el subsecretario Damián Lombardelli; el concejal de Primero Monte Hermoso, residente en el lugar, Brian Ollearo; integrantes de La Libertad Avanza; el jefe de bomberos, Heber Hurst, y el presidente de la comisión del cuerpo de bomberos, Franco Ferrara.
Se debatió sobre el tema durante un buen rato y se concluyó que sería necesario contar con un espacio y ocho bomberos disponibles. Esto implicaría no solo que residan en Sauce Grande —dado que la tarea es voluntaria y cada servidor tiene su propio trabajo— sino también asegurar su formación. Hurst remarcó que no se trata únicamente de contar con personas, sino también con el equipamiento y el lugar adecuados.
En una primera instancia, el problema parece difícil de resolver, ya que disponer de bomberos locales no solo requiere contar con voluntarios, sino también considerar que su capacitación dura un año y medio y exige aprobar exámenes de distintos módulos. Esto implica tiempo, dedicación y esfuerzo para desarrollar una labor no rentada.
Ante este panorama, Hurst propuso una alternativa de aplicación inmediata: capacitar a los vecinos para prevenir siniestros. Una propuesta útil, orientada a formar a la comunidad para actuar de manera rápida y eficiente ante un incendio, mientras llega la dotación.
Mientras tanto, se abrirá una inscripción para formar bomberos en el lugar, con el objetivo de concretar a mediano plazo la instalación de una delegación en Sauce Grande, valorando la importante labor que desempeñan.
Los bomberos son esenciales para la seguridad de cualquier comunidad. Su tarea es altruista y vocacional: enfrentan incendios, realizan rescates y búsquedas, atienden emergencias de distinto tipo y protegen tanto viviendas como vidas. La reducción de riesgos es justamente el objetivo de la educación comunitaria y preventiva, a la que se dará prioridad en esta primera etapa.
Cabe recordar que los bomberos voluntarios brindan una respuesta rápida y efectiva en cada llamado. Su trabajo es un servicio vital no solo en emergencias, sino también en situaciones especiales o inesperadas, como lo fue en la pandemia. Actúan ante accidentes de tránsito, desastres naturales y crisis comunitarias, salvando vidas y protegiendo bienes, contribuyendo a la recuperación de la comunidad.
Además, trabajan activamente en la creación de conciencia sobre la importancia de reducir la probabilidad de emergencias. Su compromiso y vocación los convierten en una institución valorada y respaldada por la sociedad.
El desafío es lograr ese mismo respaldo y estructura en Sauce Grande.