En las últimas jornadas comenzó a registrarse alto grado de volatilidad en los valores de la soja, y los cereales registraron importantes bajas en un contexto donde hubo un fuerte impacto del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En efecto, el 18% del comercio internacional de estos commodities proviene de los dos países implicados en la actual disputa en la región del Mar Negro.
La influencia del conflicto bélico en los precios, reside además en que Ucrania y Rusia son competidores directos de nuestro país en varios de los productos de los complejos cerealeros y oleaginosos que exporta la Argentina. Por ello hay incertidumbre ya que la situación impacta sobre la fluidez en las cadenas de suministro.
Días atrás se conoció la noticia de que el ejército ucraniano suspendió las actividades comerciales en los puertos del país, mientras que Rusia limitó los movimientos de buques en el Mar de Azov, aunque mantiene a sus puertos del Mar Negro abiertos.
Desde la firma Maroun S.A., en sus informes de contexto, sostenían que «La situación actual lastima a los mercados de finanzas, pero apuntala a los commodities» ya que «ante una guerra, las inversiones en alimentos parecen ser un resguardo mas seguro».
En la última semana, según informes de especialistas, los precios de la soja cayeron USD 4,10 o un 0,70%; el maíz subió USD 2,10 o un 0,80%, mientras que el trigo se ha convertido en el cultivo que a lo largo de los últimos siete días ha generado importantes subas en sus cotizaciones, casi USD 17 o un 5,8%.
El panorama de presenta además poco claro para las próximas semanas. Es probable que los movimientos que vayan a realizar los agentes se encuentren fuertemente influenciados por lo que suceda con relación al conflicto militar en la región del Mar Negro.
No obstante, debe contemplarse también la situación sudamericana, teniendo en cuenta que las cosechas pueden traer consigo nuevos impactos sobre los valores internacionales de los granos.