El fenómeno del Cyber Day ya no solo es un evento de ofertas: se transformó en un barómetro de confianza digital, preferencias del consumidor y estrategia de posicionamiento para marcas y comercios. Cada edición desvela qué productos captan más atención, cómo varían los precios y cuáles emergen como pilares estratégicos en el comercio electrónico.
Durante estos días de promociones intensas, los rubros que concentran el mayor volumen de búsquedas y ventas son tecnología, electrodomésticos y moda. En particular, para muchos comercios enfocados en el e-commerce la sección de computación se vuelve un foco clave, con notebooks, monitores y accesorios fuertemente promocionados. También los celulares son protagonistas absolutos en descuentos y visibilidad dentro de la campaña.
El impulso de de estos eventos de consumo masivo responde a múltiples factores: por un lado, la presión competitiva entre retailers para captar clientes online tiene como herramienta sus mejores precios concentrados. Por otro lado, los consumidores aprendieron a esperar estos momentos: muchos aplazan compras importantes hasta estas fechas con la expectativa de descuentos reales. En paralelo, existe un efecto de “mercado acumulado”, donde quienes no se adelantaron encuentran aquí una ventana para equiparse.
Para los comerciantes, es una ocasión para optimizar logística, inventarios y cooperación con marcas para lanzar “ofertas estrella”. Pero también de riesgo: precios mal calibrados, fallas en stock o retrasos en despacho pueden generar decepción y elevar las tasas de devolución o reclamo.
Una particularidad del Cyber Day chileno es la integración de categorías variadas: no solo tecnología y moda, sino también muebles, artículos para el hogar y electrodomésticos. Eso obliga a los operadores a diversificar su estrategia, pues un cliente atraído por una oferta en un electrodoméstico puede agregar al carrito otros productos de moda o tecnología.
Finalmente, aunque los descuentos suelen llamativos, una lectura cuidadosa revela cuáles líneas son realmente estratégicas para las marcas (productos en los que pueden permitirse mayor margen) y cuáles sólo funcionan como “anzuelo”. En ese equilibrio está el arte del Cyber Day: capturar volumen sin erosionar el valor de marca.