En la apasionante tarea de cocinar en casa sin tomarlo como una simple necesidad rutinaria −porque no queda más remedio− experimentar fórmulas nuevas, improvisar, animarse a sabores nuevos, probar nuevas recetas, resulta clave para que sea todo lo contrario a una carga.
En ese camino, es de gran ayuda tener a mano ciertos consejos, trucos, sugerencias y alternativas que pueden ayudar a resolver dificultades que se presenten o evitar errores, simplificar, y hasta ahorrar tiempo.
Cantidades
− La preparación de un buen merengue casero es un desafío que para algunos puede derivar en una frustración, pero hay que seguir intentándolo. Aquí van algunas indicaciones antes de firmar la rendición.
Antes que nada, tener en cuenta que no importa cuánta cantidad de claras y de azúcar se requiere, lo que es primordial es que siempre sean partes iguales. Para eso se necesita una balancita digital para asegurarse de que las cantidades sean las mismas, es decir, si son 100 gr de azúcar, se necesitará 100 gr de claras. Si no hay balanza en casa, debe tenerse en cuenta que cada clara pesa aproximadamente 40 gr, entonces se sabrá que tres claras requerirán 120 gr de azúcar.
Lo conveniente es agregar el azúcar cuando las claras hayan montado, cuando vayan ganando cuerpo, eso ayudará a conseguir la consistencia que se busca, batiendo hasta que la preparación no caiga si se pone patas para arriba el recipiente.
Datos importantes: una pizca de sal al empezar el batido o un par de gotitas de limón cuando hayan montado, otorgarán mayor firmeza. La grasa en los utensilios o algo de yema mezclada en las claras pueden impedir que el merengue se forme correctamente.
− Para quien no tiene medidor de cantidades en casa hay un modo de calcular con cierta precisión a través de equivalencias: por ejemplo, una taza de azúcar equivale a 170 gramos; una de harina, 115 gramos. Una cucharada sopera de arroz, 20 gramos; de azúcar, 15 gramos; de sal, 20 gramos; y una de harina, 12 gramos. Una cucharadita de sal, 4 gramos, y de especias y levadura, 3 gramos.
Verduras
− Remolachas envueltas en papel aluminio cocinadas al horno, difieren de las hervidas: conservan mejor el sabor y el color y también las vitaminas.
− Cortar las cebollas en dados: una vez desechadas las puntas y las capas exteriores comenzar con cortes paralelos, aprovechando la dirección natural de la fibra de la cebolla, pero sin llegar hasta el final para que la mitad de la cebolla permanezca formando una sola pieza.
Luego, girar la cebolla 90 grados y dar unos cortes paralelos sin llegar hasta el final. Una vez hechos estos cortes, solo faltará dar cortes en la última dirección, de arriba abajo para obtener trozos pequeños.
− En las ensaladas conviene incorporar el aceite al final ya que si se añade antes no permitirá que la sal y otros aderezos se disuelvan por completo corriendo el riesgo de obtener un plato en exceso salado.
− Para que el puré de papas salga voluminoso, se puede añadir junto a la leche una pizca de bicarbonato de sodio antes de comenzar a pisarlo.
Propiedades del brócoli
Este vegetal oriundo de Italia posee propiedades benéficas que nadie pone en duda: aporta altas dosis de vitamina C; contiene fibra y vitamina B; participa en la absorción de los carbohidratos y en el metabolismo de las grasas; contiene clorofila, que ayuda a desintoxicar y oxigenar las células, atributos anti cancerígenos.
Además, depura intestinos, riñones e hígado y es un excelente antioxidante. Anti anémico, se recomienda en casos de anorexia, en niños mal nutridos o débiles; y ayuda a disminuir el colesterol.