Con la caída del tanque de agua del “Bungalow” se derribó una parte de la historia entrañable de Monte Hermoso

El progreso no solo trae viviendas nuevas, también deja a su paso viejos íconos representativos

Caída tanque de agua Monte Hermoso

Una porción de la historia se derribó esta semana en el centro de la manzana del conocido como Barrio Boungalow.

Este lugar tenía en sus orígenes una construcción de boungalows, una serie de departamentos sencillos con una o dos habitaciones pequeñas, baño y cocina comedor. Todos alrededor de un amplio patio central que se distribuían alrededor de toda la manzana.

Así nació este barrio que originalmente fue lugar de vacaciones para el sindicato de policías y que sufriera posteriormente numerosas modificaciones.

Lo cierto es que para la provisión de agua el tanque se mantenía intocable en el centro de la manzana. Ese tanque de agua fue testigo de tantas horas de juego de los niños de distintas generaciones, un mudo y protector testigo de niños jugando y adolescentes disfrutando momentos al sol, tal vez escuchando música, charlando y siendo parte de innumerables hechos que sucedieron en el lugar.

Incluso testigo de las rondas que unos niños hacían y cantaban en inglés con aquella profesora que daba clases en el lugar, Mrs. Alexander. Tenían la costumbre de salir hasta el patio central y allí cantar y hacer nanas originales que la “inglesa” le enseñaba a sus alumnos, quizás con la nostalgia de su infancia natal.

Testigo de encuentros, amores que nacieron allí, desencuentros y rupturas también.

El pasado lunes, ese testigo fue derribado. Lo derribó el progreso. Algunos testigos fortuitos del hecho, vieron derrumbarse esa parte importante de la historia, estamos hablando de más de cinco décadas. Y se lamentaban ante su derrumbamiento programado y realizado porque en ese lugar se construirá un nuevo barrio en el avanzado crecimiento de Monte Hermoso.

Muchos expresaron su pena… “Dios mío…” dijo una señora sin poder ocultar su pena; y otro completó “yo no se si aplaudir…”, en clara referencia a la contradicción de sentimientos que ese derribamiento programado les producía.

Pero una parte de la historia del pueblo terminó. Se cayó ese pequeño gigante, testimonio de un barrio que hoy ya no está. Ahora, se viene una nueva etapa. La construcción y el crecimiento de un pueblo que no detiene su avance.

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