Conflicto con no residentes: diálogo, acuerdo y compromiso

Tal como habíamos «primereado» en Noticias Monte Hermoso, la solución llegó por lo que indicaba el sentido común.

Sabido es que no hay mejor modo que el diálogo para resolver un conflicto. No por sabido, sin embargo, lo que resulta evidente llega convertirse en un modelo para la política corriente.

Lo que sucedió a raíz del legítimo reclamo de propietarios no residentes en distintas localidades de la Costa, constituye un ejemplo singular.

Cuando sugeríamos, por este medio, el camino del diálogo, lo hacíamos con el oído puesto en las dos posturas (aparentemente) opuestas.

Propietarios desesperados por ingresar a sus casas, por un lado, y vecinos cautelosos ante la «puerta de entrada» a posibles nuevos contagios, por otro. Unos y otros, sin embargo, buscando el bien común.

Razonabilidad

Un concepto olvidado, en desuso. Especialmente en la política actual. Imprescindible sin embargo para la resolución de conflictos y para abrir caminos posibles de diálogo.

Lo razonable, decíamos, era convocar a las partes, escuchar, dar lugar a voces distintas, sentir las angustias y reclamos.

Algo que felizmente sucedió y que abrió nuevos caminos.

Compromiso

Luego de las negociaciones entre el grupo de delegados representando a los manifestantes y el secretario Hernán Arranz, representando a Dichiara, se llegó a un compromiso que parece mucho más conducente que las posturas intransigentes demostradas hasta ayer.

Ambas partes tendrán ahora que hacer lo suyo para el bien de todos. De la responsabilidad de cada uno dependerá, quizá en gran medida, la posibilidad de una temporada turística acorde a las circunstancias.

Cómo también hemos dicho, citando a muchos expertos, a la pandemia no se la combate con el miedo. Pero tampoco con la presunción ni con la discordia.

Es necesario un compromiso con la salud integral propia y ajena. Salud que incluye aspectos hasta ahora muy descuidados como el bienestar emocional, directamente relacionado con la posibilidad de trabajar, de establecer relaciones sociales dignas y de autosustentarse.

Bregamos por esa responsabilidad y celebramos los pasos que se han dado en este largo camino que nos espera.

Por lo demás, aunque por evidente suene a perogrullo, las autoridades son elegidas para representar y para conducir, y no para cerrar puertas prematuramente.

 

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