Crece la angustia y el desconcierto entre los no residentes tras el nuevo aplazamiento para el ingreso

Acceso a Monte no residentes

Varias personas sin residencia permanente en Monte Hermoso, dueños de viviendas necesitados de viajar para su control o reparación (con más razón a partir de los hechos de inseguridad registrados en el balneario), se nuclearon en la red social Facebook para dar más fuerza a su legítimo reclamo.

Uno de los impulsores del grupo (denominado “Monte Hermoso, propietarios no residentes”) que se identifica allí como “Turco Nata” charló con Noticias Monte Hermoso y dio a conocer las motivaciones y objetivos que comparten, y el ánimo que campea por estos días entre los miles de seguidores, la mayoría bahienses, pero de diferentes localidades del país.

– ¿Cuál es el estado de ánimo tras el nuevo aplazamiento anunciado?

– Ante la noticia aumentan la angustia y el desconcierto. No tiene sentido que no nos dejen entrar si nos cuidamos bien; no somos animales que vamos a ir a contagiar, somos seres humanos que solo queremos ver nuestras casas y cumpliremos con lo que prometemos. Esto es lo que el intendente no entiende.

Pero hay algo más: parece que el señor Dichiara está con miedo y ante ese miedo, la pregunta es: ¿qué piensa hacer en los meses venideros? ¿Qué en el verano? ¿Va a mantener la ciudad cerrada? Porque la enfermedad seguirá existiendo y eso lo sabemos. La vacuna no estará para mañana, requiere un largo proceso.

Con suerte, para marzo, quizás. También lo sabemos. ¿Y entonces? ¿Cuál es el plan a futuro? Y si decide abrirla al turismo ¿los residentes no se van a contagiar? ¿No será peor abrir todo de golpe? ¿No sería imprescindible una transición que permita observar cuáles son las variables a considerar? Estas son las preguntas que los periodistas deberían hacerle al intendente. La respuesta es urgente.

– Tenían expectativas ante la posibilidad que abría el municipio con el protocolo para el ingreso…

– La reacción inmediata fue de alegría; duró poco. Nos sentimos discriminados, ninguneados, vapuleados, descartados, insultados, rechazados, como si tuviéramos sarna nuclear.

No entendemos que se nos diga que el motivo por el cual no podemos entrar para ver el estado de nuestras viviendas es “porque nos cuidamos y cuidamos al pueblo” mientras vemos al intendente y a otros funcionarios con el barbijo mal puesto y a distancia nula.

Nos duele ver a gente de Monte Hermoso haciendo compras en Bahía Blanca o a los comisionistas que van y vienen. A funcionarios del AMBA con el ingreso libre. Somos personas pensantes. ¿Cómo puede caernos todo eso? Nosotros nos re-cuidamos; conocemos y acatamos a rajatabla el uso correcto del barbijo, el lavado de manos, la distancia social…

No estamos contaminados, pero lo más importante: no habría contacto con nada ni con nadie. Solo pedimos ir a nuestras casas, vacías.

No entendemos que se vuelva a decir una y otra vez que lo prioritario es la salud, cuando la realidad demuestra que el sistema de salud que tienen es deficiente y en todo este tiempo no se hizo nada para revertir eso.

No entendemos que se insulte (porque es un verdadero insulto) a la gente que tuvo la desgracia de que sus casas fueran violentadas, dejándola ingresar escoltada por la policía.

¿De verdad creen que alguien que llega a Monte con la desesperación de evaluar el daño que hicieron los amigos de lo ajeno, va a “escaparse” hacia otro lado, a caminar por la peatonal, quizá? ¿va a chupar picaportes? ¿A largar bocanadas de aire en la plaza? ¿A darse un baño en el mar? La verdad, nos encantaría conocer la respuesta.

Controles en el ingreso a Monte

No entendemos que se insulte (y dale) a la gente con ideas arcaicas que todos conocemos como imposibles: ¿cuántos teléfonos se atenderían por día? En la era de la informática, es un insulto.

Que en medio de toda esta situación angustiante y dolorosa para el mundo se anuncie “la rambla” que se viene; que se gaste un lindo dinero (¿cuánto costó?) en un video de animación para publicitarlo… Quizá invertir en una buena sala de terapia intensiva, en estos momentos, sea más necesario ¿no?

No entendemos que en medio de tanta desesperanza que seguramente hoy vive la gente de Monte que no tiene un sueldo fijo (supongo que quienes cobran puntualmente son los empleados públicos, jubilados y no mucho más…) se insista con el parquímetro…

No entendemos que desde alguna página de noticias (¿oficial?) se estimulen encuestas que claramente dividen a la gente en una clasificación dolorosa: residente-no residente. Es muy muy triste y decepcionante.

Es insultante también que el intendente diga que los robos son insignificantes, apenas igual que siempre, seis o siete, nosotros tenemos registrados casi cuarenta.

–¿Qué los motivó a crear el grupo?

– Aquí y allá veíamos y escuchábamos preocupaciones de gente que tiene alguna vivienda en Monte Hermoso, angustiada por la imposibilidad de ir a ver el estado de sus casas, sus cosas, sus patios, sus plantas.

Gente que conocemos desde hace años: trabajadora, solidaria, respetuosa. Gente que había regresado a sus lugares de origen con intenciones de volver y no recordaba si había cerrado el ventiluz o dejado alimentos perecederos en la heladera o alguna herramienta afuera.

Cosas así. Y me dije: seguramente podríamos unirnos y entre todos enviarle una carta al intendente. Las redes sociales ayudan a agrupar gente con objetivos comunes.

En nuestro caso lo que intentábamos era comunicarnos con el señor Dichiara. Pensamos en una carta privada, sin aspavientos mediáticos, haciendo hincapié en nuestras inquietudes, comprometiéndonos a ir solo a ver el estado de nuestras casas cerradas desde hacía meses, provistos de todo lo necesario (obviamente con barbijo y alcohol y lavandina…), ofreciéndonos a firmar las declaraciones juradas que hicieran falta, sin acercarnos a ningún lugar distinto a nuestras viviendas.

Ni peatonal, ni playa, ni parque ni veredas. Solo nuestras casas. Creíamos que al señor intendente podrían interesarle nuestras preocupaciones, que podrían importarle un poquito.

Medidas sanitarias y controles para el ingreso al balneario

Fue una enorme decepción que ni siquiera nos respondiera; que recién cuando hicimos pública la nota se dignara a decir algo al respecto, explicando en los medios que “no responde las notas que no ingresan por mesa de entradas”. También dijo que no había permisos para turistas ni para ir a las casas de veraneo.

Lo habíamos dicho en la nota: no somos turistas, no vamos a Monte solo en verano, nos sentimos parte de su historia, algunas de nuestras viviendas fueron heredadas de padres o abuelos, y las que se adquirieron fue con mucho pero mucho esfuerzo.

Defendemos a Monte, amamos a Monte. Dejamos allí aportes que contribuyen a su crecimiento. En la época de las aguas vivas, cuando todos rechazaban gastar plata en Monte Hermoso, nosotros hablábamos maravillas de sus playas y su gente.

Y no son casas de veraneo. Somos crédulos y nos creímos aquel slogan que rezaba “Monte todo el año” y allí íbamos, felices, tanto en julio como en enero; por eso nos duele mucho cuando se habla de “casas de veraneo”, como si perteneciésemos a esas familias aristocráticas que disponen de mansiones cuidadas por personal contratado, que nos esperan en diciembre con las sábanas almidonadas, el césped cortado y las canaletas destapadas, no señor: vamos todo el año, contratamos mano de obra local, compramos todo allá, tenemos amigos allá.

– El grupo tuvo una gran repercusión ¿los sorprendió?

– Claro que nos sorprendió. Yo, personalmente, no soy amigo de las redes sociales. En el grupo hay gente que me conoce y sabe que no me gusta mostrar mi vida a gente que no conozco. No me parece mal, no juzgo a quien vive pendiente de las redes sociales, solo que a mí no me complace.

Es más, mi perfil lo hice para poder ver fotos de mis hijos o mis nietos, que siempre me perdía por no ser “amigo” en Facebook. Desde ese perfil (donde no uso mi nombre justamente para evitar que me soliciten el contacto y no aceptar) armé el grupo.

Cuando llegamos a quinientos miembros nos parecía un éxito rotundo. Hoy somos más de 4.300 los que allí estamos. Estoy convencido de que es necesario tener un lugar donde conversar acerca de todos estos temas que nos preocupan y ocupan.

– ¿Han tenido alguna repercusión de funcionarios públicos o en algún ámbito dirigencial? ¿Se contactaron con alguien o alguien los ha contactado?

No. Nadie se contactó. Tampoco nos interesa el ruido político. Somos ciudadanos que queremos vivir tranquilos, ajenos a los entramados de turno. Nos preguntamos muchas cosas, sí, por ejemplo: ¿no sería bueno que estuviéramos representados los contribuyentes? De alguna manera ¿no?

¿No debiéramos tener voz y voto los que durante todo el tiempo estamos contribuyendo económicamente con el municipio? ¿No sería hora de que se presentara un proyecto al respecto? ¿Podemos seguir aportando dale que dale en un municipio que solo nos tiene en cuenta a la hora de recaudar? Son preguntas que nos hacemos.

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