En su prolífera actividad científica y divulgativa de las bondades de nuestro ambiente marino, el Museo de Ciencias Vicente Di Martino compartió información sobre una de las especies más curiosas que se pueden encontrar en nuestras playas: Encope emarginata, popularmente conocido como “dólar de arena” por la forma de su cuerpo que recuerda a una moneda.
Este erizo de mar plano, que suele aparecer semienterrado en la arena, cumple un papel fundamental en el ecosistema costero. Su modo de vida lo convierte en un verdadero ingeniero del fondo marino: mientras se alimenta, remueve los sedimentos y favorece la distribución de microorganismos y nutrientes.
Un habitante silencioso
El “dólar de arena” se desplaza lentamente gracias a sus pequeñas púas, que funcionan como una alfombra móvil y le permiten moverse sin levantar sospechas. Vive oculto bajo la arena o el barro en aguas poco profundas, de hasta 20 metros, y su presencia se registra desde Belice hasta Argentina, incluso en estuarios y desembocaduras de ríos.
Una especie milenaria
Se trata de un organismo resistente, cuyos fósiles datan del Plioceno y Pleistoceno, con registros de hasta 5 millones de años. Esta antigüedad lo convierte en un testimonio viviente de la historia natural de nuestros mares.
Interacciones en el fondo marino
Otro aspecto llamativo es su relación con ciertos cangrejos, que encuentran en él un aliado en la vida submarina.
Conocer y reconocer al Encope emarginata no solo invita a valorar la biodiversidad de nuestra costa, sino también a comprender cómo cada organismo, incluso los más discretos, cumple una función clave en el equilibrio del ecosistema.








