Con motivo de la 46ª Jornada Mundial del Turismo que se celebrará el 27 de septiembre próximo, el Dicasterio para la Evangelización del Vaticano hizo público un mensaje destinado a darle la acogida bajo el lema Turismo y transformación sostenible.
Es una invitación al mundo a proteger la casa común, que encuentra su fundamento en la encíclica Laudato si’, del papa Francisco, en la cual urge al ser humano a unirse en pro de «la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral».
En tal sentido, comprender que el turismo resulta «una oportunidad de crecimiento, encuentro y conocimiento mutuo», se erige como una perspectiva sobre la cual el pro-prefecto del Dicasterio, arzobispo Fisichella, enfatiza que «enriquece las relaciones entre los pueblos, la experiencia del viaje» y, asimismo, fortalece el llamado a cuidar el planeta.
Bajo este contexto, el Dicasterio hace un llamado a los operadores turísticos, a fin de que adopten una visión alineada a la transformación sostenible, a la vez que sugiere a los viajeros adoptar una conciencia del cuidado y respeto por el medio ambiente.
Juntos, en la creación
La unidad, ante todo, representa uno de los principales aspectos que destaca el Dicasterio, el cual considera que «emprender un viaje estimula a desarrollar una visión más amplia de la realidad; favorece la contemplación de la belleza natural y artística presente en cada rincón del mundo», realidad que impulsa las relaciones interculturales entre las personas y edifica así un ambiente de empatía, solidaridad y respeto entre los pueblos.
Del mismo modo, la invitación convoca a estrechar los lazos entre las diversas culturas, mientras, como testigos de amor, se crea un compromiso con la protección de los ecosistemas, a través del entendimiento de que la naturaleza no es propiedad del ser humano y, por tanto, debe comprenderse como «un bien que nos ha sido dado y, como tal, requiere respeto y protección».
Frente al Jubileo 2025, que atrae a millones de personas al corazón de la Iglesia en Roma, el pro-prefecto Fisichella reafirma el compromiso de los cristianos de «velar atentamente para que los santuarios permanezcan como espacios sagrados de auténtica espiritualidad», a la vez que insta a las comunidades parroquiales a acoger y abrirse a las exigencias de «un estilo sostenible, contribuyendo a preparar un porvenir prometedor para las jóvenes generaciones».
La comunidad cristiana, partícipe de forma especial este año en el turismo, debe salvaguardar la creación para llegar así a la meta de «asumir esa ‘deuda ecológica’ que involucra a toda la humanidad».
Con tal motivo, Roma será sede, desde el 16 al 19 de octubre, del IX Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo, que se plantea como «una ocasión importante para reflexionar juntos sobre (…) el compromiso que la Iglesia desea asumir para que también el turismo pueda desarrollarse como instrumento de evangelización y promoción humana».
*Fuente, Ariana Pernía Paolini, Vatican News