El ciclo de charlas Café Filosófico de la Biblioteca Popular, que conduce Mónica Carmelino, tuvo este viernes su primera convocatoria del año para reflexionar sobre los caminos del éxito.
Los encuentros se sucederán los primeros y los terceros viernes de cada mes, de 19 a 21, con acceso libre y gratuito, siendo el próximo el viernes 16, cuando se abordará el tema “La banalidad del pensamiento”.
Mónica, habitual colaboradora de este medio, hizo un repaso sobre los conceptos que conformaron el enfoque que le dio al tema propuesto para el reinicio del ciclo.
Si bien desde el punto de vista filosófico, pareciera que la concepción de éxito está muy distante al concepto contemporáneo o de nuestra cultura popular actual, es cierto que en ambos casos se lo considera un concepto personal e individual.
Pero asimismo debe considerárselo desde el punto de vista personal, social y profesional, creyendo que alcanzarlo significa un logro personal, una satisfacción profesional o un sentimiento de “haberlo logrado”. Estos conceptos son conocidos por todos, y la percepción o sensación de éxito podríamos decir que es particular en cada individuo.
Éxito personal: para algunos filósofos, el éxito personal se centra en la realización personal, la felicidad y la virtud. Se trata de vivir una vida plena y significativa, siguiendo principios morales y buscando el conocimiento y la sabiduría.
Éxito social: desde una perspectiva social, el éxito puede implicar la contribución a la comunidad, la construcción de relaciones saludables y la participación en la vida política y cultural.
Éxito profesional: se puede definir como el logro de metas profesionales, la satisfacción en el trabajo y la contribución a la sociedad a través de la carrera profesional.
Debe considerarse que desde el punto de vista de distintas corrientes filosóficas podríamos decir que el éxito es considerado como:
Filósofos antiguos (Platón, Aristóteles, Sócrates): el éxito es vivir en la virtud y realizar tu potencial. Identificar fortalezas y cultivarlas en disciplina (generosidad, templanza, justicia), buscar equilibrio, medir el éxito como ser humano no como los bienes que posee.
Estoicismo (Séneca, Epícteto, Marco Aurelio): no controlamos lo que nos pasa, pero sí cómo responder ante esto. Cada mañana será necesario reflexionar sobre qué depende de nosotros y qué no. Aceptar con serenidad los fracasos externos como parte natural de la vida (pérdidas de empleo, rechazos). Medir tu éxito por la actitud (¿actué con sabiduría, autocontrol y justicia?).
Existencialismo (Sartre,Camus): el hombre crea su propósito y es libre de decidir quién es. Elige constantemente sus metas (no lo que le impone la sociedad), asume la responsabilidad por lo que dice (no culpa al destino o a los otros), busca autenticidad en sus acciones (aunque esto a veces incomode).
Budismo: el deseo y el apego son fuentes de sufrimiento. Por eso es necesario practicar el desapego, meditar o hacer pausas, y valorar el presente.
El éxito, en la filosofía, no es un concepto único sino una búsqueda personal y compleja que implica reflexionar sobre los propios valores, metas y propósitos en la vida.