Erica Ciros y las ‘diferentes’, con la experiencia de vida y el trabajo de grupo como pilares

Erica Ciros y las diferentes

Erica Ciros, montermoseña conocida por todos en la ciudad, es una mujer que ha desempeñado diversas actividades y en distintas áreas. Hoy, su experiencia y trayectoria -reflexionada y sopesada- la llevó a elegir el entrenamiento deportivo como modo de vida.

Repasamos con ella cómo llegó hasta acá, qué la motivó y cuáles son sus proyectos.

Aunque Erica siempre realizó entrenamiento y competencias en forma particular e individual, por su empuje y energía positiva, se fueron sumando a su iniciativa otras mujeres que creyeron que podían hacerlo juntas. Poco a poco el grupo fue creciendo y tomó un nombre identitario en el que se reconocen como “Las diferentes”, con ella como entrenadora. 

“Hay momentos de la vida en que uno tiene que tomar decisiones en relación a lo que quiere, a lo que espera, hacer una evaluación de lo que verdaderamente te hace bien, qué es lo que te colma, qué es lo que elegís. Yo fui y soy muy consciente de que a mí lo que me colma, me satisface y me llena de gratitud y de amor es dedicarme plenamente a los entrenamientos deportivos”, nos confesó, sin rodeos. 

La actividad que Erica lleva adelante, no se limita a los entrenamientos, sino que también es un “acompañamiento, el apuntalamiento de un grupo de personas que también me eligieron”.

Poniendo énfasis en lo grupal, valora y resalta la importancia del trabajo en equipo, aunque a veces se le haya cuestionado que no tiene estudios formarles. “La experiencia es impagable; yo creo que nadie puede transmitir deportivamente algo que no ha vivido, o que no ha vivenciado y ‘padecido’ en cierta manera”. 

“Yo lo pude hacer cuando me di cuenta de que podía llevar adelante un grupo. En realidad, fue primero con una persona, y hoy somos alrededor de 60 integrantes de ‘Las diferentes’ en distintas disciplinas”. 

“Hay dos grupos de entrenamiento de running: las madrugadoras que son las que entrenan por la mañana, y en el running, el grupito más antiguo que tengo, que es el que entrenan a tarde que serían esos dos de running. 

Incrementé el grupo de caminatas diferentes que también es un éxito y se disfruta un montón; lo de running es lo de funcional”.

“La experiencia es impagable; yo creo que nadie puede transmitir deportivamente algo que no ha vivido»

 

El nombre surge “de algo muy visible: no la disparidad sino la diversidad de mujeres de edades, en caracteres, en actitudes, en proyectos, en un montón de cosas. No hay ninguna similar a otra. Compartimos en la pasión por correr y por crecer pero después es una disparidad completa y absoluta”.

– ¿Cómo sentís esa diversidad entre ustedes?

– “Es muy gratificante tomar conciencia de lo que uno puede aportar a la vida de otros, desde un lugar meramente deportivo, cómo se puede generar un vínculo, cómo se puede generar una relación, cómo se puede ayudar a resolver cosas. Estamos siempre en una sanación constante que es generalmente recíproca y cuando tomo conciencia de eso realmente me emociona un montón, cuando tomo verdadera conciencia de lo que se logra”.

“Lo hago naturalmente, no me lo propongo, no lo busco, no lo planifico, no lo planeo. Sale, sencillamente nace y tal vez por eso perdura en el tiempo, porque es lo que me nace genuinamente y tal vez por eso todo funciona” reconoce Erica.

– ¿Cuáles son los planes a futuro? 

– “Mis planes son seguir creciendo personalmente y ayudar a lo que pueda al crecimiento de todas las chicas en todos los ámbitos; no sólo deportivamente porque si yo puedo aportar mi pequeño granito de arena en sus cuestiones cualesquiera que sean; saben que yo estoy”. 

Erica Ciros es una mujer que no solo escucha y tiende la mano, sino que también es autoexigente y que le ejerce resistencia al cansancio. 

“El día que me gane el cansancio, me voy a volcar completamente a seguir sosteniendo y a seguir formando, y tomarlo desde ese otro lado; porque creo que he hecho con mi cuerpo muchísimas cosas que no debería haber hecho, en cuanto a exigencias, en cuanto a sobrecargarme, a sobreexigirme. Y en la vida también te llega en un momento a decir, ‘bueno… paremos un poco’” reflexiona.

“Voy cambiando la visión del arrebato que soy, y empiezo a volcarme completa y plenamente a mis grupos” confesó con una sonrisa resignada.

Salir de la versión móvil