El consumo eléctrico, el costo de la energía y la creciente conciencia ambiental están marcando un cambio en las preferencias de los consumidores. Los electrodomésticos inteligentes y de bajo consumo energético se consolidan como protagonistas de una transformación que impacta tanto en los hábitos familiares como en la industria.
Las nuevas generaciones de electrodomésticos ofrecen un consumo más racional, incorporando tecnologías que permiten optimizar el uso de la energía. Heladeras con sistemas de enfriado inteligente, lavarropas que ajustan automáticamente el gasto de agua y electricidad según la carga, y aires acondicionados con sensores de movimiento forman parte de un mercado en expansión.
Para las familias, estos equipos representan una inversión inicial más alta, pero con un ahorro sostenido en las facturas mensuales y una reducción de la huella ambiental. Para los fabricantes, en cambio, significan el desafío de adaptarse a regulaciones más exigentes y a consumidores que ya no solo comparan precios, sino también eficiencia y durabilidad.
Un mercado en crecimiento
En ambos países, las ventas de electrodomésticos muestran una tendencia clara hacia modelos con etiquetas de bajo consumo. En Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y Censos reportó que más del 60 % de los equipos de línea blanca vendidos en el último año cuentan con certificación de eficiencia energética A o superior. En Chile, los registros de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles confirman que la mayoría de los artefactos nuevos cumplen con normas internacionales de eficiencia, lo que coloca al país como uno de los más avanzados de la región en este aspecto.
Este comportamiento no es casual. El aumento en el precio de la electricidad en los últimos años, junto con políticas públicas de incentivo a la eficiencia, empujaron a los consumidores a priorizar electrodomésticos más amigables con el bolsillo y con el medio ambiente.
Comercio electrónico y estacionalidad
Si bien las ventas en tiendas físicas siguen siendo importantes, las compras online de electrodomésticos ganaron peso en los últimos años. Los eventos de comercio electrónico, como el Cyber, suelen impulsar la adquisición de heladeras, lavarropas y aires acondicionados, que figuran entre los artículos más buscados por quienes esperan descuentos para realizar una inversión significativa.
La estacionalidad también juega su papel: en verano, los aires acondicionados y ventiladores lideran las compras; en invierno, calefactores y termotanques marcan el ritmo. Sin embargo, la tendencia transversal es clara: el público prioriza cada vez más los equipos que consumen menos energía y ofrecen mayor vida útil.
Retos y oportunidades para la industria
La transición hacia electrodomésticos eficientes plantea un doble desafío. Por un lado, los fabricantes deben innovar en diseño y tecnología, adaptándose a regulaciones ambientales cada vez más estrictas. Por otro, el sector comercial enfrenta el reto de comunicar el valor agregado de estos productos: no se trata solo de “pagar menos en la factura de luz”, sino de participar de un cambio cultural hacia hogares más sustentables.
En definitiva, el mercado de electrodomésticos se encuentra en un proceso de transformación acelerada. Entre consumidores más conscientes, regulaciones más estrictas y un comercio digital que gana terreno, la eficiencia dejó de ser un atributo adicional para convertirse en la condición central que guía la elección de millones de familias.