En el presente mes, el sudoeste bonaerense (SOBA) se encuentra en pleno desarrollo de la campaña triguera. Con siembras que se extendieron de fines de mayo a mediados de junio, hoy predominan cultivos en etapas de macollaje avanzado y encañazón temprana.
La región combina ambientes con buena recarga hídrica y perfiles ajustados, lo que condiciona fuertemente la expectativa de rinde.
Panorama agroclimático para principios de septiembre
Julio dejó lluvias moderadas en el centro-este de la región (40 a 70 milímetros), pero con acumulados muy bajos hacia el oeste y sudoeste (menos de 20 milímetros en Villarino y Patagones). Esto marca una diferencia clara en el estado de los lotes. En cuanto a temperaturas, el invierno mostró pulsos fríos intensos, con heladas frecuentes pero sin daños generalizados; el macollaje se ve favorecido en siembras tempranas con buen rastrojo. Respecto de los suelos, en ambientes con napa profunda o texturas más livianas la situación es más crítica y la conservación de cobertura es hoy un factor determinante para sostener humedad.
Estado de los cultivos
La implantación se estima en un 90 por ciento de la superficie con buena a muy buena emergencia, con lotes tardíos de menor uniformidad. En sanidad, los monitoreos reportan presencia incipiente de mancha amarilla y septoriosis en el este de la región; hasta el momento no se registran brotes severos de roya, aunque técnicos anticipan riesgo hacia la primavera. En plagas se observa una leve presión de pulgones en macollaje, sin superar umbrales de control, y en ambientes con alta cobertura se registran daños puntuales por babosas. En malezas persisten escapes de raigrás resistente en lotes con barbecho deficiente, por lo que el control postemergente se vuelve más costoso y complejo.
Tecnología aplicada
En genética predomina la elección de cultivares intermedios a intermedios-largos, buscando estabilidad en años variables. En fertilización se generalizó la práctica de fraccionar nitrógeno y muchos productores esperan definiciones de lluvias de septiembre para decidir refertilizaciones. En monitoreo crece el uso de imágenes satelitales y drones para evaluar densidad de macollos y vigor relativo.
Economía y mercados
Los costos muestran el impacto de la suba del gasoil y los fletes, que encarecen la logística hacia puertos, aunque Bahía Blanca continúa siendo una salida estratégica. Los márgenes, en planteos de 25 a 35 quintales por hectárea, cierran ajustados, y el plus por calidad (proteína superior a 11,5 por ciento) aparece como clave para defender rentabilidad. En comercialización, las primeras ventas anticipadas se concretaron en julio, aunque la mayoría de los productores opta por esperar definiciones climáticas antes de comprometer mayores volúmenes.
Perspectivas para primavera
En un escenario optimista, lluvias en septiembre y octubre podrían sostener un potencial de 35 a 40 quintales por hectárea en ambientes medios. En un escenario restrictivo, si la sequía se prolonga en el oeste, se esperan rindes de 15 a 20 quintales por hectárea con destino forrajero o autoconsumo ganadero. En sanidad, el monitoreo de royas será clave desde septiembre, con posibles aplicaciones preventivas en materiales susceptibles.
Conclusiones
Al corriente de esta campaña de 2025, el trigo en el sudoeste bonaerense muestra una heterogeneidad donde la diferencia la hacen la ubicación, la estrategia de manejo y la conservación de humedad. El resultado final dependerá en gran medida de las lluvias primaverales y del control sanitario en etapas críticas. El trigo sigue consolidándose como pilar de los sistemas mixtos de la región, aportando estabilidad más allá de la incertidumbre climática.