Inminente apertura al turismo: ¿Cómo se abordó en otros países en medio de una pandemia que no se detiene?

En general, las medidas en las playas incluyeron distancia entre sombrillas, capacidad limitada y horarios restringidos

Playa de Monte Hermoso faro recalada

La médica patóloga pediátrica argentina Marta Cohen, quien acaba de ser nombrada por la reina Isabel II como “Oficial del Imperio Británico (OBE)” en reconocimiento a su trabajo sobre la muerte súbita del lactante, afirmó hoy que “las pandemias duran tres años” y anticipó que “habrá una tercera ola de contagios, cada vez será peor”.

Cohen, oriunda de Trenque Lauquen (trabaja en el Hospital de Sheffield), recomendó “en lo que respecta a las personas, extremar los cuidados, y en el orden gubernamental, testear, sobre todo a los asintomáticos. En Argentina se están haciendo 26 mil testeos diarios cuando deberían ser 250 mil”.

Doctora Marta Cohen, galardonada en el Reino Unido

Ante este panorama, se acentúan las dudas acerca de cómo debería evolucionar el dilema entre la política sanitaria y la económica.

La proximidad de la temporada turística, además, recalienta la polémica y a la vista están los vaivenes de los funcionarios a la hora de tomar decisiones, tal como informamos en lo referido específicamente a Monte Hermoso, a partir de la confirmación del gobierno provincial de que habrá temporada.

Qué pasó en Europa

Nos preguntamos cómo se habrá resuelto la cuestión en países que ya han atravesado por esto; cómo, con qué protocolos, se atendió en Europa, por ejemplo, la necesidad de reactivar la actividad turística, seriamente dañada desde el inicio de la pandemia.

La Unión Europea decidió en un principio no cerrar sus fronteras teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que “el cerrar las fronteras solo tiene un mínimo efecto en evitar que el virus se siga esparciendo”.

A mitad de marzo finalmente se decidió cerrarlas, excepto para residentes de estos países, con la meta de permitir regresar a miles de ciudadanos europeos a sus respectivos países.

Como acá, con el paso del tiempo y el agravamiento de la crisis del sector, crecieron las protestas y, con restricciones, comenzó la reapertura de la actividad en el transporte, la hotelería y la gastronomía.

Presencia de seguridad y controles en playas europeas

En el rubro transporte aéreo las primeras medidas que se tomaron fueron el abordar y desabordar en pequeños grupos, en solo llevar un equipaje de mano, sin importar que se permitiera más según la clase en la que se viaja, y el servicio, mínimo, estaba empacado.

La tradicional Lufthansa recurrió al uso de la tecnología como el Internet y apps para realizar la reserva y facturación; redujo a pequeños grupos, con intervalos de 15 minutos, tanto para entrar y sentarse en el avión, como al llegar al destino, y así evitar largas filas en el control de aduana y al recoger el equipaje. Donde fue posible, se dejó un asiento libre para seguir manteniendo la distancia, y el servicio de abordo se limitó a lo mínimo.

No se la agarren con el turismo

Es incomprensible que los gobiernos pongan el foco en el turismo y busquen fórmulas para restringir los viajes cuando estos tienen una influencia muy baja en el número de contagios de Covid-19”. Así se expresó en su momento la Asociación Alemana de Viajes (DRV), lamentando “que las decisiones políticas trasladen a la ciudadanía una imagen errónea sobre el mundo del turismo, señalado de forma injusta por la propagación del virus”.

Los datos parecen dar razón a eso: más del 90 por ciento de los contagios provienen de entornos domésticos, del trabajo o de las celebraciones privadas. Según un estudio del Instituto Robert Koch, “las restricciones a los viajes apenas tienen efecto, son ineficaces cuando el virus ya está propagado”.

Según Norbert Fiebig, el presidente de la mencionada DRV, “lo que sí resulta verdaderamente importante es concienciar a la población y forzar al cumplimiento de las reglas simples y ampliamente conocidas. Es crucial mantener la distancia social, utilizar mascarilla y una buena higiene de manos, sin importar donde se encuentre, en casa o en el extranjero, en un restaurante, de viaje o en una fiesta privada”.

Protocolos

El 15 de junio, la Comisión Europea puso en marcha la plataforma online «Re-open EU», que ofrece información esencial sobre el relanzamiento seguro de la libre circulación y el turismo en toda Europa. Para facilitar que los ciudadanos planifiquen con confianza sus viajes y vacaciones, la plataforma les aporta información sobre las fronteras, los medios de transporte disponibles, las restricciones de viaje, la salud pública y las medidas de seguridad, así como otras informaciones prácticas para viajeros.

En general, las medidas incluyeron una distancia determinada entre sombrillas (variando según la playa, la zona o el país), capacidad limitada en la costa y horarios restringidos

Se recurrió a las aplicaciones de rastreo de contactos y de envío de alertas, que se pueden instalar voluntariamente y utilizar para advertir a los usuarios en caso de que hayan estado cerca de una persona que haya notificado haber dado positivo en una prueba de detección de covid.

La aplicación, en caso de alerta, puede proporcionar información útil procedente de las autoridades sanitarias, como consejos para someterse a una prueba de detección o auto-aislarse.

En las playas

Las medidas incluyeron, en general, distancia entre sombrillas (variando según la playa, la zona o el país), capacidad limitada en la costa y horarios restringidos. En ciertos lugares rigió un sistema de reservas.

Grecia, por ejemplo, no permitió más de 40 personas por cada mil metros cuadrados con distancia entre las sombrillas de cuatro metros.

Playa de Grecia vista desde un dron donde se observa el distanciamiento

En Francia, solo volvieron a habilitarse playas del norte del país y del Mediterráneo, en zonas consideradas de bajo riesgo de contagio. Además de políticas de distanciamiento social, se permitió nadar y hacer surf pero no tomar sol o permanecer en la arena durante mucho tiempo.

Italia, estableció por decreto que las sombrillas debían estar separadas a no menos de 10 metros cuadrados; que entre reposeras había que dejar al menos 1,5 metros de distancia; y que las duchas debían desinfectarse, entre otras normas.

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