El Papa León XIV publicó Dilexi te (“Te he amado”), su primera exhortación apostólica, en la que propone una Iglesia más cercana, comprometida y solidaria, con una fe que se traduzca en gestos concretos de amor hacia los más pobres y vulnerables.
Una exhortación apostólica es un tipo de documento oficial que emite el sumo Pontífice para animar, orientar o invitar a los fieles a vivir algún aspecto particular de la fe cristiana, sin introducir nuevas doctrinas ni definir cuestiones dogmáticas.
A diferencia de una encíclica, que suele tener un tono más doctrinal o teológico, la exhortación tiene un carácter pastoral y práctico: busca inspirar acciones, renovar actitudes o impulsar caminos concretos dentro de la vida de la Iglesia.
El documento, presentado el pasado jueves en el Vaticano, marca el inicio del pontificado con una línea pastoral clara: una fe que no se reduzca a palabras, sino que se exprese en obras de justicia, en la defensa de la dignidad humana y en la transformación de las estructuras que generan exclusión.
“No se puede amar a Dios y dar la espalda al pobre”
En Dilexi te, León XIV advierte que el amor cristiano no puede desligarse de la compasión ni del compromiso social. “El que ama a Dios debe reconocerlo en el rostro del pobre, del enfermo, del migrante y del que sufre”, señala el texto, que retoma la visión humanista y pastoral impulsada por su antecesor, Francisco.
La exhortación, de 121 puntos, denuncia con fuerza las causas de la pobreza y la desigualdad, al tiempo que convoca a un cambio cultural y espiritual. “No se trata solo de ayudar, sino de compartir; no solo de donar, sino de transformar”, afirma el Pontífice.
Denuncia de las injusticias y llamado a la acción
Entre los temas abordados, León XIV menciona la “dictadura de una economía que mata”, la violencia contra las mujeres, la desnutrición infantil, la migración forzada, la desigualdad educativa y el descarte de ancianos y enfermos. Todos, según el Papa, son síntomas de una sociedad que ha perdido el sentido del amor y de la fraternidad.
El texto también invita a revisar las prácticas eclesiales y a fortalecer una Iglesia “de puertas abiertas”, capaz de acompañar con cercanía, sin juicios ni distancias, a quienes viven en los márgenes.
Una continuidad con la obra de Francisco
Con Dilexi te, León XIV reafirma la orientación social y pastoral que caracterizó el pontificado anterior. Habla de una “Iglesia samaritana” que no se refugia en la comodidad del templo, sino que sale al encuentro de quienes más necesitan esperanza.
“El amor no se impone, se ofrece; y en ese ofrecer está el rostro de Cristo”, sostiene el Papa, que invita a los creyentes a redescubrir la fe como un camino de ternura, justicia y servicio.
El documento busca no solo inspirar a los católicos, sino también a toda la sociedad. En tiempos de desigualdad, exclusión y conflictos, Dilexi te propone un mensaje universal: la fraternidad como respuesta ante la indiferencia y el amor como motor de cambio.