“Monte creció a lo largo y a lo ancho y mucha gente elige quedarse a vivir acá”, dice el ex futbolista Alfredo Oviedo 

El volante multi campeón con Olimpo en la década de 1980 es empleado permanente de la Secretaría de Deportes del municipio de nuestra ciudad y también desempeña tareas como conserje, sereno y encargado en un hotel céntrico. Eso sí, lleva 25 años yendo y viniendo todas las semanas: cinco días acá y dos en Bahía Blanca junto a su familia. ¿En serio?

Alfredo Oviedo

Ir y venir, y así durante 25 años. Es lo que eligió Alfredo Aquiles Oviedo, para muchos uno de los mejores volantes por derecha que pasaron por el fútbol de la Liga del Sur, que desde 1997 mantiene la rutina de estar cinco días en nuestra ciudad y dos en Bahía Blanca. Sí, de lunes a viernes en Monte y sábado y domingo junto a su familia.

“Es desgastante y muchos me dicen que pare un poco, pero lo hago cuando no estoy despuntando el vicio de dirigir a algún equipo, como en este momento”, señaló el 8 multi campeón con Olimpo en la década de 1980, nacido hace 59 años en la localidad bonaerense de Llavallol (partido de Lomas de Zamora), criado futbolísticamente en Los Andes.

“En ese club jugué de los 12 a los 20 años, no alcancé de debutar en Primera y pasé a Rosario Puerto Belgrano. Estuve seis meses y me volví a Los Andes, que me había cedido a préstamo. En enero de 1985 me llamó Eduardo Grispo (entrenador) para llevarme a Olimpo, donde conformé planteles calificados y tuve de compañeros a grandes personas que hoy son mis amigos”, contó el “Chúcaro”, como lo conocían puertas adentro en su etapa de carrilero-goleador.

Aunque su principal anhelo es seguir ligado a la pasión por la pelota y a esas ganas enfervorizadas de ser entrenador y líder de grupo, Alfredo va camino a las dos décadas como empleado –de planta permanente– de la Secretaría de Deportes del municipio montermoseño, casi el mismo tiempo que lleva como conserje, encargado y sereno del hotel La Goleta, hoy perteneciente al Sindicato de Camioneros.

“En 1996, después de irme de Comercial por falta de pago, llegué a Monte por primera vez para jugar y dirigir al mismo tiempo en Atlético, que en esa temporada era campeón local de la Liga de Coronel Dorrego y sub en el Interligas”, rememoró quien en el aurinegro de Bahía, durante 10 años, disputó 298 partidos y convirtió 74 tantos, además de haber ascendido al Nacional B en 1989 y de festejar tres títulos Regionales.

A partir de ahí y con Alfredo solo como jugador, Atlético consigue tres campeonatos en forma consecutiva (’97, ’98 y ’99), aunque no serían los únicos, porque en 1998 también obtiene el primer Interligas de su historia, con una supremacía notable sobre sus contrincantes y un promedio de 4,5 goles por cotejo.

“En 2000 decidí retirarme, un poco por cansancio pero más porque ya me había hecho cargo de la Escuelita y del fútbol menor de Atlético, un proyecto que refundamos, junto a algunos entusiastas, tras 15 años sin competir de manera oficial. Llevé 25 chicos de Grünbein y de Espora, dos barrios de Bahía, y volvimos a participar de los torneos de la Liga del Sur”, aseguró, con lujos de detalles, quien se volvió a hacer cargo del primer plantel albirrojo en 2004 (logró el Integración), 2005 y 2006.

Sus últimas apariciones como DT fueron en Ferroviario, Progreso y Suteryh, pero asegura que constantemente evalúa ofertas de equipos de la zona, aun sabiendo que sus tareas laborales en Monte lo tienen prácticamente atado de pies y manos.

“Es complicado, pero siempre algo sale. Es necesario tener en cuenta que, en plena temporada, hay fines de semana que no me puedo escapar, entonces ahí cambiamos figuritas con mi señora (Delia) y mi hija (Solange, de 29 años), y son ellas las que vienen para acá”, dice este jovial personaje que vive junto a su familia en el barrio bahiense “copado” por estudiantes: Universitario.

Con respecto al desarrollo y al progreso de las distintas actividades y disciplinas deportivas en nuestra ciudad, Alfredo describió: “hay mucha programación de distintos eventos y competencias, sobre todo en atletismo, natación, hockey, fútbol y básquet. Se fomenta la actividad en las Escuelas especiales y se hace mucho hincapié en la participación de los adultos mayores”.

Los dos clubes de acá, Atlético y Suteryh, trabajan mucho en la contención y coordinan constantemente actividades con los establecimientos educativos. No dejan a los pibes solos y eso es lo que más valoramos desde nuestro lugar”, indicó con énfasis.

Un colaborador más

Sobre su cargo específico en la Secretaría de Deportes, el ex Olimpo declaró “soy un colaborador más”, aunque su fuerte es el fútbol y sus tareas, principalmente, las lleva adelante en el Polideportivo u organizando algún evento deportivo en la playa en plena temporada de verano.

“En el Poli ayudo en lo que sea, me dedico, más que nada, a distintas tareas de mantenimiento: pintura, riego y arreglos en general. Cuando hay alguna prueba atlética, preparo la pista y los implementos que vayan a utilizar; quiero y necesito, por mi bien, que la casa esté en orden”, profundizó.

– Sos como un encargado general

– No, porque elijo ayudar antes de dar órdenes. Un auxiliar, esa sería la definición justa.

– ¿Cuál es el cambio más notorio de la ciudad si la comparamos con la de 25 años atrás?

– Monte explotó en varios rubros que tiempo atrás estaban un poco estancados, creció a la largo y a lo ancho y su progreso avanza más rápido que antes. Aunque sigue siendo un lugar de paz y tranquilidad, para donde vayas están construyendo; la población se incrementó, hay mucha gente que elige Monte para vivir y esos residentes no son solo jubilados. Creo que en unos años más se va a multiplicar la cantidad de habitantes.

– ¿Y en lo deportivo?

– Los profes se perfeccionaron y los clubes, con el mejoramiento y el incremento de la  infraestructura, se profesionalizaron. Cuando yo vine hace un cuarto de siglo atrás (suena feo ¿no?), los equipos de Primera División de fútbol entrenaban dos días a la semana y no había un acondicionamiento físico de pretemporada. Hoy practican todos los días y varios de los chicos que llegaron como refuerzos se terminaron quedando en Monte porque encuentran otras alternativas de vida más allá de la pelota.

En la actualidad, todas las entidades de la Liga de Dorrego completan las categorías menores, y eso es un avance sustancial si lo vemos desde el punto de vista social. Antes, Bahía Blanca estaba lejísimo de Monte y hoy cualquier papá trae al hijo a probarse y se vuelve a su casa en una mañana o en una tarde.

– ¿Nunca pensaste en mudarte a Monte definitivamente?

– No, aunque muchos me lo recalcan constantemente. Sé que hacer 200 kilómetros en auto todas las semanas es un sacrificio, aunque ya me acostumbré. Cualquiera que vivió mucho tiempo en Buenos Aires te puede decir que una hora de viaje, sea de ida o de vuelta, no es nada porque es el tiempo que le lleva a muchos porteños ir de su casa al trabajo todos los días.

– En Monte ¿quién conoce tu historia, la de tu paso por el Nacional B marcando el primer gol de Olimpo en ese certamen de la temporada ‘89-‘90, o el hecho de haber conseguido cuatro títulos liguistas con la amarilla y negra?

– Muy pocos, por no decirte casi nadie. Durante el año, en los lugares que suelo frecuentar, se habla muy poco de fútbol, y si sale la conversación hacen referencia a los torneos de AFA, a Boca, a River o al equipo del que uno es hincha.

Lo que muchas veces me sucede, ese sí es un mimo al alma, es bajar a la playa, en plena temporada, y que un cincuentón (y de más edad también) me pregunte: – ¿vos sos Oviedo? y enseguida me presenta al hijo y al nieto y delante de mi les comenta lo que era Olimpo en los viejos Regionales, en la década del `80, cuando enfrentamos a Boca por la Liguilla Pre Libertadores y esos duelos con equipos bancados por provincias enteras que no nos podían ganar.

Haber jugado en Olimpo me abrió muchas puertas y hoy estoy feliz con lo que hago, pero en Monte no registran mi pasado como futbolista, en ese caso soy un cero a la izquierda (risas).

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