Otros dos casos de robos en viviendas de no residentes bahienses

robo en monte hermoso

Dos ingratas noticias vinculadas a sus viviendas en la ciudad recibieron este sábado los bahienses Alberto Osvaldo Ferrari y Walter Compagnoni.

En el primero de los casos la constatación se dio al ingresar con su turno y en el otro fue a través del aviso de sus vecinos.

La casa de Ferrari está ubicada en Pampa y Bahía Blanca y así relató el ingrato momento: “Al llegar vi que una ventana estaba abierta, con un vidrio roto. Al vidrio lo rompieron con una enorme piedra que estaba adentro.

La vivienda de Ferrari

“Al entrar a mi casa encuentro que falta un televisor de 32 pulgadas, una cortadora de césped eléctrica, una bordeadora, y un horno eléctrico.

“También faltaba una garrafa de diez kilos y otra más chica de dos kilos. No sé cómo se llevaron todo, es voluminoso…”, reflexiona, y nos cuenta que hizo la denuncia policial, como corresponde: “Bien, muy atentos, vino la patrulla y muy bien, o sea, la policía de diez; pero no sé cómo sigue esto porque parece que es muy normal esto de los robos”.

Anoticiado por vecinos

Compagnoni, por su parte, debió viajar este domingo ante el aviso, la noche anterior, de que también había sido víctima de un robo en su vivienda.

Tomamos contacto con el en plena tarea de constatación del alcance del perjuicio sufrido. “Hasta ahora solo pudimos establecer que falta un horno eléctrico, pero encontramos todo revuelto, violentado; con algunas prendas dispersas en el exterior y elementos extraños, como un casco y otros elementos en el techo, muy raro, como si algo hubiera ocurrido que provocó una retirada imprevista”.

El hecho ocurrió en la casa que su familia posee desde el año 1967 en (la ex denominada) Río Paraná al 1400. “En cuanto terminemos de revisar todo iremos a hacer la denuncia; a poco de llegar vino un oficial de policía, muy amable”, nos contó.

La casa de Compagnoni con evidencias del acto delictivo

Walter Compagnoni, quien ejerce la medicina como traumatólogo infantil en Bahía Blanca, reflexionó también sobre la situación tan especial generada por la emergencia sanitaria. “Es una pena lo que se ha generado; nosotros como familia nos sentimos parte de Monte, imagínese que quienes nos avisaron, los vecinos, jugaban conmigo de chicos; yo tengo pacientes de acá, con los que establecemos relaciones humanas. Y mis padres, que son grandes ya, la única salida que disfrutaban, fuera de la temporada porque mucho no les gusta cuando hay tanta gente, era venir a esta casa, a tenerla cuidada, y este año no lo pudieron hacer”.

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