Sin ti no soy nada

Sin ti no soy nada

Más allá de la poética frase, hoy es el Día del Cerebro, y es que sin él realmente no somos nada.

Se conmemora en recordación a la fundación de la Federación Mundial de Neurología (WFN), el 22 de julio de 1957, jornada en la que diferentes sociedades neurológicas se reunieron en Bruselas (Bélgica) para debatir acerca de sus inquietudes y objetivos en la materia en la que eran especialistas. Así se creó la WFN, una organización orientada a unificar criterios, establecer parámetros y trabajar por los avances de esta especialidad médica en todo el mundo.

Dato no relato

Sabemos que toda nuestra actividad está comandada por esa máquina perfecta que es el cerebro. Lo que tal vez no sabemos es lo increíble del funcionamiento de un órgano de apenas 1 kilo 400 gramos. La transmisión se realiza a través de neuronas, que son células que tienen un largo axón, con ramificaciones llamadas dendritas. Estas se contactan con otras y allí se realiza la transmisión que determina la función cerebral.

Pero lo maravilloso es que ellas no se tocan sino que la transmisión es energética. El cerebro tiene aproximadamente entre 80 mil y 100 mil millones de neuronas y realiza cuatrillones de sinapsis que determinan el pensamiento, la toma de decisiones, la memoria, el sentido común, los gustos, los deseos, los miedos y todo lo que enmarca nuestra vida.

Tiene dos hemisferios unidos por el cuerpo calloso (izquierdo y derecho) y cuatro lóbulos con funciones específicas:

− Frontal: planifica acciones y participa en la producción del lenguaje

− Temporal: asigna significado a estímulos auditivos y visuales, contiene el hipocampo, clave en memoria

− Parietal: integra datos sensoriales para guiar nuestros movimientos

− Occipital: procesa la información visual

Es un órgano altamente complejo y evolutivo ya que no solo procesa información sino que genera imaginación, emociones, intuición, creatividad. Se adapta y aprende, se transforma y genera significados.

Quererlo y cuidarlo

Numerosas son las recomendaciones para cuidarlo, ya que este determina no solo nuestra vida de jóvenes, sino que nos prepara para la vida de adultos mayores. Los cuidados que reciba durante toda su vida, serán determinantes del cerebro de adultos que tengamos.

Los cinco enemigos de nuestro cerebro

El estrés crónico eleva el cortisol, daña conexiones del hipocampo y puede afectar la salud cognitiva de forma persistente.

1. Estrés crónico: porque dispara el cortisol y quema conexiones en el hipocampo.

2. Sueño insuficiente: frena la limpieza nocturna de toxinas (sistema glinfático).

3. Sedentarismo: corta el flujo sanguíneo y apaga nuestro factor neurotrófico derivado del cerebro, una proteína clave para la salud cerebral.

4. Dieta basura (azúcares y grasas trans): provoca inflamación neuronal.

5. Aislamiento mental y social: atrofia redes de lenguaje y empatía.

Cuando hablamos de querer y cuidar nuestro cerebro hablamos de la salud cerebral. Ciertos hábitos tienen efectos beneficiosos para el cerebro y ayudan a prevenir su deterioro cognitivo:

− Actividad física: mejora la circulación y promueve la neuroplasticidad. De 20 a 30 minutos por día. Una simple caminata puede ser válida y útil.

− Dieta equilibrada: frutas, verduras, pescado, frutos secos. Una alimentación sana y cuidadosa, especialmente con fritos, grasas y comida chatarra.

− Sueño reparador: dormir entre siete y ocho horas por noche. Esto favorece la memoria y el barrido de toxinas.

− Manejo del estrés: el estrés afecta la función cerebral en forma perjudicial. Es recomendable practicar meditación, respiración profunda, yoga. Actividades que relajen y colaboran a disminuirlo.

− Factores de riesgo: controlar la presión arterial, el colesterol, la glucemia y evitar el tabaquismo. Estos son factores que promueven el ACV (accidente cerebro vascular).

Viejos son los trapos

El envejecimiento cerebral se previene antes de la vejez. Es necesario estimularlo no solo con los factores mencionados más arriba sino también con unos 10 a 15 minutos diarios de lectura, realización de juegos mentales, aprendizaje de nuevos idiomas, aprendizaje de actividades relacionadas con el arte, como la música (ejecución de instrumentos), la pintura, la danza, mantener una vida social activa que es importantísimo no solo para sostener vínculos con el otro, sino también para tener el cerebro ocupado en todo lo que esto implica. Conservar la agilidad mental, determinará nuestra salud cerebral y el bienestar de nuestra vida. En cualquier edad que nos toque.

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