Tesoros de la naturaleza que nos regalan las playas de Monte Hermoso

Hermoso hallazgo de Brisa Nizzi en la bajada de Favaloro, difundido en el grupo de Facebook “Monte Hermoso #playalimpia”.

Erizo de Mar en Monte Hermoso

Al compartir las fotos, Brisa explicó que se trata de un “esqueleto calcáreo de erizo de mar, también conocido como dólar de arena o galleta de mar”

Según nuestra pesquisa, científicamente se denomina “mellita quinquiesperforata” y a los nombres populares mencionados por Brisa con que se los conoce se le agrega locha. Todos atribuidos a su forma chata y ovalada.

Poseen un esqueleto rígido llamado prueba, que es con lo que se topó Brisa. La prueba consta de placas de carbonato de calcio dispuestas en un patrón de cinco aberturas o perforaciones ovaladas a las que se denomina lúnulas.

https://es.wikipedia.org/wiki/Mellita_quinquiesperforata

Datos de la especie hallada

Mónica Gómez, integrante del grupo donde se difundió esta noticia, comentó que “no es un fósil, aunque parezca, es el cuerpo del animal”.

En apariencia todo una experta, Mónica agregó: “Para que los restos de un animal se fosilicen tienen que haber ocurrido procesos que detienen la descomposición natural después de la muerte. Esos restos quedan sepultados bajo sedimentos y los minerales presentes en ellos y en el agua pasan a reemplazar el esqueleto original fosilizándolo.

“Esto a grandes rasgos, ya que hay varios procesos de fosilización. Además, tienen que haber transcurrido miles de años, tal como sucede con los hallados en la Reserva Natural Pehuencó- Monte Hermoso, por ejemplo.

“Estos animales viven bajo el agua y sus restos suelen encontrarse en la orilla o sobre la arena, aunque como ese esqueleto es muy frágil es raro encontrarlos enteros. Son verdaderamente preciosos”, completó Mónica con erudición en el intercambio que generó la publicación.

Rareza

Según la información recogida, “esta especie presenta una amplia distribución en las costas del Océano Atlántico occidental, desde las costas de Carolina del Norte en los Estados Unidos hasta las playas de Itapema en Brasil”, por lo cual​ constituye una rareza su aparición en Monte Hermoso, aunque seguramente atribuible al fenómeno de las corrientes marinas que ocasionan la calidez de las aguas de nuestro balneario.

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