El episodio se conoció esta semana luego de que la familia del vecino Camilo Franef decidiera acompañarlo a formalizar la denuncia en la comisaría local, tras varios días de mensajes intimidatorios y del envío de correos electrónicos con acusaciones falsas a instituciones y contactos personales.
Según consta en la declaración presentada el 1 de diciembre a las 11 en la dependencia policial, todo comenzó en abril del año pasado, cuando el denunciante mantuvo comunicación con una mujer que dijo llamarse Natalia, de 22 años, oriunda de Bahía Blanca y residente en Chile. El contacto inicial se produjo a través de Instagram —cuenta que luego fue eliminada— y continuó por WhatsApp.
Los diálogos, frecuentes y en horarios diversos, derivaron en una relación de confianza que incluyó el intercambio de fotografías y videos íntimos. La situación cambió a principios de noviembre, cuando el vecino comenzó a recibir llamados desde números desconocidos. Allí, la persona que se identificaba como Natalia exigió el pago de cinco millones de pesos para costear un supuesto viaje al país. Ante la negativa, comenzaron los bloqueos y posteriores llamados desde nuevos números, junto con mensajes insistiendo en que retomara el contacto.
El 25 de noviembre, el padre del denunciante recibió un mensaje en el que se pedía que su hijo enviara dinero y pidiera disculpas; en caso contrario, se difundiría material íntimo para “escracharlo” en redes sociales. La familia decidió bloquear al remitente, aunque las amenazas continuaron.
Al día siguiente, el conflicto escaló. En su lugar de trabajo llegaron correos electrónicos al correo institucional adjuntando fotografías íntimas junto a acusaciones falsas que buscaban hacer creer que el material había sido enviado durante el horario laboral a una menor de edad.
A la vez, amigos de la víctima informaron que también habían recibido correos similares. Frente a la gravedad del hecho, el vecino decidió asesorarse legalmente y radicar la denuncia formal.
En el acto, se entregaron capturas de conversaciones, mensajes extorsivos y copias de los correos recibidos. El denunciante indicó además que los contactos se produjeron generalmente en su domicilio de Sauce Grande y que no se le solicitó instalar aplicaciones ni recibió datos bancarios para realizar transferencias. Confirmó que su padre y su madre fueron testigos directos del hostigamiento, al recibir ellos mismos mensajes y correos intimidatorios.







