Desde el pasado 14 de diciembre, hasta el 10 de enero de 2026, se lleva a cabo una nueva investigación en las profundidades del mar esta vez en un trayecto que conecta el puerto de Buenos Aires con Puerto Madryn, liderada por la científica del CONICET María Emilia Bravo, a bordo del buque Falkor (too) perteneciente al Schmidt Ocean Institute.
Como en la exitosa edición anterior la expedición «Vida en los extremos» se transmite por streaming en el canal oficial de YouTube del instituto (@SchmidtOcean/streams), donde además de presenciar los hallazgos científicos a través de emisiones programadas se puede participar con preguntas a los científicos en vivo.
En una de las emisiones más celebradas la aparición de una nueva estrella culona a casi 1.000 metros de profundidad volvió a monopolizar la atención como hace unos meses, esta vez un ejemplar más pequeño, según describieron los científicos.
También se logró registrar un pulpo a 1.071 metros de profundidad en la Cuenca del Salado y la Cuenca de Malvinas, una de las zonas menos exploradas del océano, donde la vida se adapta a condiciones extremas de presión y oscuridad.
El equipo, que está compuesto por 25 investigadores y especialistas, entre ellos personal del Instituto Argentino de Oceanografía, la UBA y el Museo Argentino de Ciencias Naturales, busca revelar cómo la vida se reinventa a más de mil metros bajo el mar, en territorios biológicos inexplorados.
Como en la ocasión anterior se utiliza el ROV SuBastian, un robot de operación remota capaz de alcanzar los 4.500 metros de profundidad que permite documentar en muy alta definición organismos extraordinarios: anémonas, rayas, organismos gelatinosos y cefalópodos que habitan un mundo que resulta casi inaccesible sin esta tecnología de última generación.







