«Cachivache» «cultura» y otras expresiones que comparten una característica: su origen curioso

«Cachivache» «cultura» y otras expresiones que comparten una característica: su origen curioso

Identificar el significado originario de las palabras, indagar en su etimología, aunque su acepción presente pueda haber variado, es una experiencia enriquecedora, sugestiva, como ya ha sido dicho.

Volver al origen es un camino emocionante y revelador, porque también enseña sobre el devenir de la humanidad, indaga en la diversidad social, la cultura; permite examinar costumbres, ritos o enfoques de momentos históricos anteriores.

Cachivache

Designa algo roto o inservible. En nuestro país es usual utilizar el término también para mencionar a «una persona grotesca, embustera e inútil» o para referirse a un auto viejo, deteriorado, destartalado.

Respecto al origen se indica que proviene de unir los vocablos cacho y vaso, señalando que se trata de vasos quebrados, rotos, dado que cacho significa pedazo.

El diccionario de la RAE difiere de esa explicación indicando que la palabra cachivache es un «derivado de cacho, con reduplicación expresiva, como zurriburri o a troche y moche».

Cultura

Así se designa al conjunto de conocimientos que engloba a numerosas disciplinas relacionadas con el arte, la sabiduría, enseñanza o formación y que puede reunir desde categorías como la literatura, la pintura, cinematografía, música. También se utiliza el vocablo para indicar que una persona posee ciertos conocimientos y educación (una persona culta).

Está originado en el latín cultivo haciendo referencia a las labores propias de la agricultura, trabajar la tierra labrándola para que dé frutos.

El hecho de tener que sembrar la tierra para conseguir que broten los frutos es lo que propició que ya en la antigüedad se tuviera el convencimiento que para formar intelectualmente a una persona había que cultivarla sembrándole las semillas de la sabiduría y el conocimiento.

Amatista

Es una piedra fina de tonalidad violeta, que se forma a partir de cuarzo transparente teñido por óxido de manganeso. La intensidad de su color puede variar desde tonos más suaves hasta más oscuros.

El término proviene del griego ‘amethystos’, con el significado, antes de hacer referencia a una piedra, de no intoxicado, no borracho o no ebrio.

Según la mitología griega, el dios del vino Dionisio se enfureció con la diosa Artemisa y juró vengarse en el primer mortal que se cruzara en su camino. Ese mortal resultó ser una joven llamada Amatista, quien, al ser perseguida por Dionisio, pidió ayuda a Artemisa para escapar. Artemisa la convirtió en una estatua de cuarzo transparente para protegerla de Dionisio y cuando este vio lo que había sucedido, se arrepintió de su comportamiento y vertió vino sobre la estatua, dándole a la piedra su color púrpura característico.

Desde la antigüedad, la piedra de amatista ha sido valorada por su belleza y asociada con la realeza. Los antiguos egipcios y griegos la usaban como amuleto contra la embriaguez y la intoxicación (de ahí su significado), mientras que los romanos la utilizaban como piedra de protección en sus anillos de sello.

Melancolía

Así se denomina el estado emocional intenso en el que una persona puede sentir tristeza, nostalgia o aflicción.

Melancolía deriva del latín tardío ‘melancholia’ y este del griego antiguo ‘melancholía’, cuyo significado literal era bilis negra. Es que en la antigua Grecia, se tenía el convencimiento de que la bilis negra, uno de los cuatro humores corporales, era la responsable del estado de ánimo melancólico de las personas.

La idea de que la melancolía estaba relacionada con la bilis negra continuó durante la Edad Media y el Renacimiento y se creía que ese estado de tristeza y aflicción era una enfermedad causada por un desequilibrio de los cuatro humores corporales (bilis negra, bilis amarilla, flema y sangre).

Los síntomas de la melancolía incluían tristeza, apatía, pérdida de interés en la vida y problemas físicos, como pérdida de apetito y problemas de sueño.

En el siglo XVII, la melancolía llegó a ser considerada una enfermedad mental y se utilizó para describir algunos estados de depresión.

 

Fuente propia, con apuntes de notas de Alfred López en el blog 20minutos, España

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