Con tiempo, en casa se puede lograr una pizza como de pizzería. O mejor, por qué no

En casa podemos lograr un producto que no tenga nada que envidiarle a las compradas

Pizza casera

Está claro, hasta ahora, que no hay nada como una pizza elaborada por un pizzero experto en una buena pizzería.

Hay muchos factores que influyen para que eso sea así: los años de experiencia del que se ha formado en la especialidad; los hornos que se utilizan, que alcanzan una temperatura imposible de lograr en casa (la cocción es muy importante en cualquier elaboración con harinas); recetas probadas a lo largo del tiempo; etcétera.

Pero a no resignarse, en casa podemos lograr un producto que no tenga nada que envidiarle a las compradas y aun mejor que algunas pizzas frías y gomosas que traen los repartidores.

Recetas caseras hay muchas (cada quien tiene sus truquitos), aquí les proponemos una que, aunque lleva su tiempo, es más sencilla de lo que parece y da buen resultado.

Eso sí, a no frustrarse si la primera vez no sale del todo bien, las masas requieren de práctica para tomarles la mano.

Para preparar esta que proponemos el principal secreto es el tiempo, ya que se trata de una de las que se denominan de fermentación en frío. Hay que comenzarla un día antes (o dos) de su cocción.

Los tiempos que demanda son para lograr una masa que llaman “pre digerida”: será más digerible y tendrá mejor sabor.

Vamos a la receta.

Ingredientes

Para dos pizzas (del formato que se desee):

Preparación

  1. En un recipiente mediano, con tapa, poner 100 gr de harina y en el centro la levadura (no hace falta mucha, con 3 gramos de seca o 6 de fresca alcanza). Agregar 100 cc de agua y mezclar todo hasta lograr una consistencia que se asemeja a una mousse.
  2. Cerrar y llevar a la heladera hasta el día siguiente.
  3. Al otro día, utilizando un bol amplio, poner los 400 gr de harina restantes y en el centro volcar la preparación que sacamos de la heladera (se puede atemperar pero da lo mismo).
  4. En los bordes de la harina incorporar la sal y comenzar a echar los 200 cc de agua restantes en el centro a medida que vamos mezclando la harina con el fermento, de a poco.
  5. Cuando se vaya formando la masa vertemos el aceite y amasamos un poco, no hace falta mucho. No preocuparse si queda muy blanda, el resto lo hará el tiempo al frío y si no, después se puede rectificar agregando un poquito más de harina.
  6. Cubrir el bol con papel film o envolverlo en una bolsa plástica y llevarlo a la heladera.
  7. Cuatro o cinco horas después, sacarlo y volver a amasar con delicadeza. Armar los dos bollos y estirarlos del centro hacia los bordes dándole forma en los recipientes que se van a llevar al horno (aceitados) y dejarlos, tapados, en la heladera.
  8. Si se van a hornear ese mismo día, calcular unas dos o tres horas de frío previas a la cocción. Si no, se pueden dejar hasta el día siguiente.
  9. 20 minutos antes de cocinarlas, encender el horno al máximo y sacarlas de la heladera.
  10. Agregarles por encima una salsa suave de tomates pelados triturados, con sal, pimienta y orégano, queso muzzarella y aceitunas.
  11. Antes de llevar al horno, chorrear un hilo de aceite de oliva.
  12. Dependiendo del horno, debería estar lista entre ocho y once minutos.

Sugerencia: introducir las pizzas solo con la salsa de tomate y a mitad de cocción, sacarlas para agregar el queso y las aceitunas.

¡Buen provecho!

 

Sugerencia de nuestro colaborador Ricardo D. Martín

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