¡Vaya novedad! Quién no sabe que cada 21 de diciembre comienza el verano. Claro que ya son muchos los que entienden que es una fecha estipulada hace muchos años pero la ciencia ha logrado establecer con exactitud hace un tiempo el momento preciso del inicio.
La puntualidad, aplicable al resto de las estaciones, se alcanza porque se ha hecho posible determinar el momento exacto en que se producen los solsticios y los equinoccios, eventos astronómicos que establecen la posición del sol con relación al Ecuador para indicar los cambios de estación.
El solsticio de verano ocurre cuando el hemisferio sur alcanza su punto más cercano del sol, lo que tiene incidencia en las temperaturas. En paralelo, el hemisferio norte está más lejos que nunca de la estrella por lo que allí empieza el invierno.
Según el Servicio de Hidrografía Naval de la Argentina, este año el solsticio ocurrirá puntualmente el domingo 21 de diciembre apenas pasadas las 15 h.
El término solsticio, que deriva de la palabra en latín “solstitium” y significa “sol quieto”, hace referencia a los momentos en los que el astro rey alcanza su mayor prominencia en el cielo y parece detener su avance, lo que provoca el día más largo del año en el hemisferio sur. Esto quiere decir que será la jornada con la mayor cantidad de horas de luz solar debido a la inclinación del eje terrestre hacia el sol. A partir de esa fecha, los días comenzarán a acortarse hasta llegar al equinoccio de otoño en marzo de 2026.
Este fenómeno se da dos veces al año, que es cuando se alcanza el punto mínimo o máximo de proximidad entre un hemisferio de la Tierra y el Sol. De esta manera, en los solsticios, el Sol alcanza su máxima declinación norte y su máxima declinación sur, siempre tomando como referencia a la línea del Ecuador.
Recapitulando, tanto el verano como el invierno comienzan con solsticios, mientras que el otoño y la primavera son inaugurados por equinoccios, los dos momentos anuales en que, por hallarse el sol sobre el Ecuador, la duración del día y de la noche es la misma en toda la tierra. Como es lógico, los mismos eventos tienen connotaciones distintas según la ubicación del punto geográfico desde el cual se miren: mientras que el solsticio de diciembre inaugura el verano por debajo del Ecuador, en el hemisferio norte inaugura el invierno.







