La vida cotidiana, los buenos hábitos y las oportunidades en salud y bienestar nos ofrecen hoy la oportunidad de llegar a una vida adulta en plenitud. La salud cognitiva en adultos mayores se refiere puntualmente al estado de la memoria, el pensamiento y el juicio, que si bien es normal su deterioro con la edad, es importante tratar de mantenerlos en el mejor estado posible para poder conservar un estilo de vida saludable, no solo en el aspecto físico sino también en el cognitivo.
La salud cognitiva en las personas adultas mayores apunta a aspectos claves de la salud como la velocidad del pensamiento, la memoria, el poder mantener el hilo de un pensamiento, poder seguir conversaciones, poder entender y respetar instrucciones, tomar decisiones y orientare en lugares desconocidos.
Muchas veces pensamos que la salud cognitiva tiene que ver solamente con la memoria, pero este es solo un aspecto de la vida cotidiana. Y en este sentido, la estimulación mental mantiene la mente activa, colaborando en la protección de la salud cognitiva. También la conexión social es fundamental para el bienestar emocional, y se trata no solo de mantener diálogo y conexión social con la familia sino también en diferentes grupos sociales.
Pertenecer a distintos grupos demanda no solo atención en cuanto a días y horas de reunión sino que también exige el poder mantener diálogos coherentes y cargados de sentido en cada uno de ellos. Hoy se presentan numerosas propuestas, como mindfulness, yoga, pilates, tejido, macramé, artesanías, cocina, idiomas, club de lectura, jugar cartas, asistir a conferencias, etc. El poder integrarlos hace muy bien a la actividad mental.
A medida que envejecemos, nuestro cuerpo cambia y nuestro cerebro también. En este proceso de envejecimiento podemos tardar más en entender y aprender cosas nuevas, o en recordar información. También nuestra salud física se debilita y nuestro cuerpo se vuelve más frágil. Sin embargo, hay forma de combatir estos cambios para mantener una mente aguda y activa. Algunos de ellos son:
− Para mejorar la memoria: comer alimentos saludables, ya que comer bien mejora la salud cognitiva. Comer muchas verduras, frutas y cereales integrales, lácteos, frutos secos, y agregar algunas especias como la cúrcuma y el azafrán, que son conocidas por sus beneficios mentales.
− Realizar actividad física: es excelente para la salud en general, pero las personas que hacen ejercicio con regularidad tienen un menor riesgo de deterioro cognitivo a medida que envejecen. El ejercicio no tiene por qué ser de gran esfuerzo. Tal vez con una vuelta a la manzana por día, o un paseo en bici, o unos ejercicios en silla sean suficiente, porque cualquier cosa que ponga el cuerpo en movimiento beneficiará la salud cognitiva y mejorará la memoria.
− Mantener el contacto con los demás: ser una persona socialmente activa mejora la salud cognitiva porque obliga a mantener la mente activa y comprometida.
− Jugar juegos cognitivos: los juegos como crucigramas, sudoku, cartas, ayudan a mantener la mente activa y desafiada. También se puede probar con juegos cognitivos diseñados específicamente para mejorar la salud cognitiva. Y pueden ser divertidos y provocadores. También podemos encontrar propuestas divertidas y dinámicas en Internet.
− Dormir bien: el sueño es vital para la salud cognitiva. Se recomienda dormir por lo menos siete u ocho horas por noche. Pero no solo eso, también preparar el cerebro para el sueño. Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse, alejarse de las pantallas antes de ir a dormir o en la cama (por lo menos una hora antes), preparar el dormitorio para la hora de dormir (que esté oscuro y tranquilo, de manera que el cuerpo se relaje preparándose para descansar). También puede colaborar con el sueño, no solo en su conciliación sino también en un dormir tranquilo, actividades de relajación, estiramiento, escucha de música relajante o lectura. También contribuyen en mejorar la memoria y en la disminución de los niveles de estrés.
− Mantenerse hidratado: la deshidratación puede causar un sinfín de problemas de salud, incluido el deterioro cognitivo. Es esencial beber agua durante todo el día. Por lo menos de seis a ocho vasos de agua por día. Hay personas a las cuales el agua no les gusta, pero no debe reemplazarse por jugos artificiales o gaseosas porque no producen el mismo efecto en la salud. La opción puede ser te de hierbas frío o agua con infusión de frutas naturales. Se recomienda también la ingesta de frutas y verduras que contengan mucha cantidad de agua, como la sandía o el pepino.
− Evitar fumar y el consumo de alcohol en exceso: lo recomendable es limitarlo a dos vasos de alcohol al día para colaborar con la salud cognitiva. Fumar, todos lo sabemos, no es recomendable y por eso se promueve el no consumo.
− Tomar suplementos de ácidos grasos Omega-3: estos son esenciales para la salud cognitiva y pueden ayudar a la prevención de su deterioro. Se pueden obtener comiendo salmón, nueces, aceite de kril, aceite de pescado, etc. Son excelentes si se desea mejorar la memoria. Pero también pueden complementarse con cápsulas de Omega-3.
− Hacer revisiones médicas anuales: es esencial para detectar y tratar el deterioro cognitivo a tiempo.
La estimulación cognitiva en el adulto mayor es un componente vital del bienestar.
La salud cognitiva influye en su calidad de vida y su autonomía. Con el paso de los años es natural que se produzcan cambios en la función cognitiva, por eso es importante promover y mantener la agudeza mental en esta etapa de la vida, no solo en un enfoque integral para mantener la agilidad mental, sino también para promover un envejecimiento activo y saludable en pos de un beneficio tanto físico como emocional.