Dichos y palabras. Señales de «humo»: una palabra que ha dado origen a infinidad de frases, derivaciones y expresiones

Dichos y palabras. Señales de «humo»: una palabra que ha dado origen a infinidad de frases, derivaciones y expresiones

Del latín fumus, el término pasó al castellano antiguo como fumo, compartiendo la misma raíz latina también está presente en otras palabras como «fumar», «fumigar» o «fumarola» (grieta en la roca o en el suelo, a través de la cual se descargan vapor, agua caliente y mezcla de gases).

También reconoce origen de raíz indoeuropea en dheu, que significa «elevarse en forma de nube o vapor».

Según el diccionario, humo es la “mezcla visible de gases producida por la combustión de una sustancia, generalmente compuesta de carbono, y que arrastra partículas en suspensión».

Son sinónimos: humareda, humarada, fumarada, humazo, humacera, humarascal, humazón, jumareda, humero.

La RAE la define, además, como “vapor que exhala cualquier cosa que fermenta” (tufo, emanación, efluvio); “cosa o hecho sin entidad o relevancia, o de apariencia vana”; “hogares”; y “vanidad, presunción, altivez” (sinónimo de altanería, arrogancia, orgullo, insolencia, jactancia, engreimiento, ínfulas, fatuidad, empaque).

La particularidad de la palabra es que ha dado lugar a múltiples frases, expresiones y derivaciones, muchas de ellas popularizadas a lo largo del tiempo, desde las antiguas señales de humo de los pueblos originarios al irse al humo o a la más actual vender humo.

Es obvio que la tradicional «fumata» en la Iglesia Católica, que se remonta a varios siglos atrás, guarda íntima relación con el término, dado que a través del humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina, ya sea negro o blanco, se indica si se ha elegido o aún no al nuevo papa.

Irse (o venirse) al humo: en Argentina, Paraguay y Uruguay indica “dirigirse rápida y directamente a alguien” (en cuanto me vio, se me vino al humo).

Se afirma que la expresión tiene sus raíces en el contexto bélico de las guerras gauchas en Argentina, Uruguay y Paraguay, cuando la presencia de humo indicaba una situación en particular (se fueron al humo cuando vieron el fuego en la estancia vecina).

Hoy la frase hace referencia a dirigirse hacia una persona directa y rápidamente para pedirle explicaciones o para atacarla. También se usa en el sentido de lanzarse atropelladamente en busca de algo, por ejemplo cuando alguien ve una mesa repleta de cosas ricas y se acerca velozmente para elegir las mejores opciones.

− Irse en humo: desvanecerse y quedar en nada algo que daba grandes esperanzas.

− Bajarle a alguien los humos: domar su altivez.

− Echar humo: estar muy enfadado o furioso, es el significado de «humar» y se refiere a la ira o enfado intenso que una persona experimenta. También puede usarse para describir a alguien que está presumiendo o tratando de engañar a otros con información falsa o exagerada.

La imagen de una persona echando humo se asemeja a la de un objeto que emite vapor o humo cuando se calienta mucho, sugiriendo que la persona está tan enojada que su furia se manifiesta físicamente.

− Hacerse alguien o algo humo: desaparecer, desvanecerse (el guía se hizo humo; la fortuna que tenía se le hizo humo).

− Subírsele a alguien el humo (o los humos) a la cabeza: evanecerse, ensoberbecerse.

− Vender humo: tratar de convencer con palabras o argumentos carentes de sentido.

− Cortina de humo: con el significado de “masa densa de humo, que se produce artificialmente para dificultar la visión”, se utiliza para describir una táctica o situación destinada a distraer la atención de un asunto importante o problemático, ocultándolo tras un velo de información confusa, distracciones o controversias menores. En esencia, se trata de crear una especie de pantalla que impida ver la realidad de la situación.

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