En Chacras de Coria, dentro de la arquidiócesis de Mendoza, avanza la construcción del primer santuario del mundo en honor a San Carlo Acutis, el joven italiano canonizado el domingo 7 de septiembre por el papa León XIV junto a Pier Giorgio Frassati. La iniciativa surgió de la comunidad parroquial de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y cuenta con la guía del arzobispo monseñor Marcelo Colombo, además de haber recibido en su momento la autorización del papa Francisco.
El párroco Osvaldo Scandura explicó que la idea se gestó tras años de búsqueda de un nuevo espacio para la parroquia, en una zona de fuerte crecimiento demográfico. La donación de un terreno de 4.600 metros cuadrados permitió unir esa necesidad con el impulso de dedicar el lugar a San Carlo Acutis. “Todo esto confirma que es un proyecto de Dios, no de una persona ni de una comunidad”, señaló.
Un proyecto que trasciende fronteras
El 12 de noviembre de 2023 se colocó la piedra fundamental del templo, ocasión en la que la madre del santo, Antonia Salzano, envió un mensaje asegurando que ese lugar se convertiría en un “faro de luz”. El diseño contempla una iglesia elevada, una capilla del Santísimo en el subsuelo con adoración perpetua, un pequeño anfiteatro, espacios naturales de encuentro y la casa sacerdotal.
Las obras comenzaron hace tres meses y actualmente se trabaja en cimientos y excavaciones. Se estima un plazo de tres años para su finalización, aunque los tiempos dependerán del apoyo de la comunidad y de aportes que puedan llegar desde distintas partes del mundo.
Jóvenes protagonistas
El padre Scandura destacó la participación de los jóvenes en el proceso de diseño, quienes pidieron que el santuario sea también un lugar de encuentro. “Queremos hacerlos protagonistas, acompañarlos con autoridad basada en el testimonio, no en el autoritarismo. Carlo Acutis habló con su vida, no con ideas, y eso hoy llega de un modo muy profundo”, afirmó.
Para la comunidad mendocina, la construcción del santuario no solo es un hito local, sino también una referencia espiritual global. El mensaje de Carlo, quien definía la Eucaristía como su “autopista al cielo”, se convierte en el eje de un espacio que buscará irradiar fe y esperanza a miles de peregrinos.