Desandando aún las huellas imborrables que dejó el temporal del 7 de marzo, cuyos efectos todavía se observan en distintos rincones de Bahía Blanca, familias, colegios, clubes, empresas e instituciones continúan enfrentando el desafío de reconstruir lo dañado.
A la par del impacto por las consecuencias negativas de semejante acontecimiento climático, la trama solidaria que salió a la luz, conmovedora postal que recorrió el mundo a la par de las impactantes imágenes de la fuerza arrolladora del agua, es hoy lo que explica el germen positivo que florece en la tarea de quienes reconstruyen, aún con mayor belleza y funcionalidad, lo que el diluvio destruyó.
Tal vez por su génesis, parte de un movimiento nacido para ser por y con los demás, pero sin duda en buena medida gracias a la visión y tenacidad de quienes hoy llevan la responsabilidad de representarla, la Cooperativa Obrera avanza indómita, como en su ámbito mejor, siendo puente entre las necesidades y los recursos, poniendo en marcha un plan de mejora sorprendente.
Aún cuando podría ser justificable y justificado el lamento por las muchas veces millonarias pérdidas materiales, sus referentes anuncian con orgullo la inminente sorpresa que causará la puesta a punto de dos de sus íconos, seriamente afectados por las inundaciones: la sucursal céntrica de calle Belgrano, una de las primeras de la centenaria cooperativa y paseo cotidiano de miles de bahienses, y el emblemático Hiper de Aguado.
Las obras no se limitan a reparaciones básicas. En diálogo con medios locales, Alberto Zanetti, jefe de Comercialización de La Coope, confirmó que ambas sucursales están siendo completamente remodeladas, con el objetivo de ofrecer una experiencia renovada a los vecinos, no solo recomponiendo lo que se destruyó, sino mejorando sustancialmente la propuesta hacia sus asociados.

“La idea es sorprender a la comunidad de Bahía Blanca”, contó con entusiasmo alguien que ingresó a la empresa social hace 27 años, con las convicciones intactas de quien vive -no sólo pregonando- los ideales cooperativos. Zanetti adelantó que la reapertura del hipermercado Aguado, prevista para dentro de un par de meses, será especialmente significativa. “No se trata de abrir las puertas cuanto antes, sino sorprender a la comunidad. Estamos haciendo el máximo esfuerzo porque sea la joya bahiense”, expresó, detallando que “excepto la estructura exterior, el resto va todo nuevo”.
El hipermercado, inaugurado en el año 1996 es considerado por la entidad como un punto estratégico, y su transformación incluirá cambios integrales tanto en infraestructura como en equipamiento, lo que requiere todavía plazos de obra, logística y provisión de materiales provenientes de distintas regiones del país.

En cuanto a la sucursal de Belgrano, también profundamente afectada por el temporal de marzo, Zanetti indicó que está previsto que reabra primero. En este caso, las intervenciones son más acotadas debido a que el edificio es patrimonio histórico, aunque también el funcionario adelantó que “va a ser otra cosa”.
Anuncios que anticipan gratamente que la comunidad notará una transformación significativa en estos espacios cuando vuelvan a abrir sus puertas, con el objetivo de dejar atrás los efectos del agua y del barro con una propuesta renovada, moderna y mejor equipada para seguir brindando servicio a los vecinos.
“La solidaridad afloró en la adversidad”
Así tituló Familia Cooperativa -la revista oficial de la entidad que dirige quien es actualmente su gerente general, Héctor Jacquet– su edición del mes de abril, a poco de la catástrofe.
La publicación, que aún es presentada en papel con distribución gratuita además de tener su versión digital, destacaba cómo “decenas de miles de argentinos extendieron su mano generosa para colaborar con los que perdieron prácticamente todo”. Marcó aún más la revista esa generosidad como “una formidable muestra de solidaridad que galvanizó al país entero en socorro de una ciudad arrasada por las aguas y el lodo”.

“Esta ciudad se levantó hace casi 200 años con el esfuerzo de muchas personas y se construyó el tejido social a través de esfuerzo propio y ayuda mutua, una fórmula que nos hará salir adelante una vez más”, reflexionó Jacquet, quien en alguna oportunidad, cuando La Coope atravesaba otro momento doloroso de su larga historia tras el derrumbe de una de sus sucursales, animó a sus compañeros citando una frase atribuida a Ernesto Sábato: «A la vida le basta una grieta para renacer».
Una vez más, dándole rostro y actualidad a sus principios cooperativos y más allá de la intervención inmediata de sus instalaciones afectadas, la Cooperativa Obrera desplegó una serie de acciones solidarias para asistir a los damnificados por el temporal, en línea con los principios del cooperativismo que promueven la ayuda mutua y la responsabilidad social.
Inmediatamente después del desastre, la entidad conformó un comité de crisis que trabajó en tres ejes: el bienestar del personal, la seguridad de las instalaciones y la asistencia a la comunidad. Se brindó apoyo psicológico, material y económico a los empleados afectados, se evaluó y restauró la infraestructura dañada, y se coordinó la entrega de donaciones a quienes más lo necesitaban.
Una de las iniciativas destacadas fue la campaña «Solidarios por Bahía», que se llevó a cabo entre el 13 y el 31 de marzo en las 149 sucursales de la Cooperativa en 73 localidades. Lo recaudado se canalizó a través de Cáritas Arquidiócesis Bahía Blanca, y la Cooperativa sumó un 20% adicional en mercadería.
Además, se distribuyeron donaciones a personal de Policía, Bomberos y Defensa Civil que trabajaron en la emergencia, así como a diversas instituciones y comedores comunitarios. También se articularon importantes donaciones recibidas de proveedores y cooperativas de distintos grados, coordinando entregas a la Municipalidad de Bahía Blanca y otras entidades.
Reflejo del compromiso de la más que centenaria Cooperativa Obrera con su comunidad, reafirmando su carácter social y su adhesión a los valores del cooperativismo, el presente de La Coope se alza como un faro en el complejo mundo presente, signado tantas veces por la indiferencia y el individualismo, cuando no por el odio explícito que destruye ciudades enteras.
Inmersa en el mercado competitivo, pero conservando un “plus”, como una marca distintiva de empresa social de sus consumidores, lo que que la acerca a lo más humano de ese modelo que rige hoy la mayor parte del planeta, se erige como un ejemplo, un testimonio, punto firme al que otorgar crédito en la ineludible tarea que tenemos los argentinos -y los habitantes del mundo entero-, responsables todos de buscar soluciones concretas para el desarrollo verdaderamente sustentable.