Vinos. Cómo hacer maridaje con Chardonnay, la reina de las blancas

Maridaje de pescados con chardonnay

Marijdajes con Chardonnay. Foto: Haier Europe

La cepa Chardonnay es una de las más extendidas a lo largo del mundo vitivinícola. Es una uva que se ha adaptado muy bien a diferentes tipos de terroir, produciendo vinos blancos tanto jóvenes, frescos y frutales como vinos de cuerpo, untuosos.

Esta cepa brinda un mosto suave y aromático que da el toque sutil a algunos cavas y al champagne. Por su versatilidad y extensión de sus plantaciones es llamada por muchos la reina de las uvas blancas.

Cómo se expresan los vinos Chardonnay. Notas de cata

Fase visual: en cuanto a su aspecto, la Chardonnay muestra desde un color pálido y amarillo, recordando a la paja, hasta un amarillo casi dorado, con reflejos verdosos. En los monovarietales Chardonnay resalta su limpidez y brillo, además de ser vinos de fluidez media por poseer normalmente niveles medios de alcohol.

Fase olfativa: esta variedad presenta un marcado equilibrio, una armonía de aromas frutales,entre los que se pueden apreciar matices cítricos y tropicales como el limón, la piña, mango, banana, melón; también la manzana verde, pomelo, pera, algo de especias o caramelo. Con la crianza se obtienen toques de vainilla, miel y manteca.
En función de la zona donde se produzca esta variedad, encontraremos distintos aromas. En Australia ofrece notas exóticas y encontraremos aromas de manteca.

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Fase gustativa: no tiene una abundante acidez y ofrece sabores dulces que recuerdan a la miel o el caramelo. Los vinos Chardonnay maduros dejan en el paladar un sabor a mezcla de frutas tropicales como piña, guayaba y mango. En cambio, los vinos Chardonnay jóvenes dejan un sabor a manzana y a limón. Algunos Chardonnay pueden tener sabores agregados, conocidos como sabores de roble.

En climas fríos la Chardonnay tiende a tener un cuerpo de medio a ligero, una notable acidez y sabores a ciruela verde, manzana y pera. En localizaciones cálidas los sabores se convierten en más cítricos y melocotón, mientras que en localizaciones muy cálidas aparecen más notas de higo y frutas tropicales como la banana y el mango. Los vinos que han pasado por la fermentación maloláctica tienden a tener una acidez más baja y sabores a frutas con una sensación más mantecosa en la boca y notas de avellana.

Platos ideales para casar con la variedad

En el mundo de la gastronomía, con maridaje nos referimos al arte de combinar con un determinado plato la bebida adecuada siempre con el fin de conseguir la mejor sensación en el paladar al fusionar estos dos conceptos.

El Chardonnay es ideal para acompañar con pescados blancos, grillados y ahumados. Mariscos como langostinos y ostras, así como las carnes blancas, preferiblemente el pollo, aunque si el vino tiene barrica va de maravillas con el cerdo.

Va muy bien además con los platos vegetarianos, las pastas con salsas ligeras como la Carbonara hacen una armonía casi perfecta.

Sobre su armonía con quesos, debemos evitar quesos fuertes, prefiriendo quesos suaves y de intensidad media. Las comidas condimentadas con nuez moscada, azafrán o jengibre, mejorana y pimienta blanca logran un excelente noviazgo con el Chardonnay, además le favorece el limón en los condimentos de las carnes o pescados.

Para la comida asiática también el Chardonnay tiene su receta, evitando los sabores fuertes o muy condimentados el Chardonnay armoniza muy bien con platos como la Tempura de vegetales y mariscos y el Sushi. Y en cuanto a los arroces la paella y Risottos son los elegidos por los vinos Chardonnay.

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