Usada por distintas generaciones hasta hoy, «Hablando de Roma…» es una frase clásica. Con matices, puesto que se ha ido adaptando con el paso del tiempo. De hecho, siendo más extensa en la actualidad solo se insinúa, y con eso basta, dando a entender que todos conocen el resto.
En la versión argentina la forma completa es «hablando de Roma, el burro se asoma», empleada para reflejar la idea de que una persona que está siendo mencionada en una conversación está a punto de sumarse al grupo.
Hablando de Roma lo curioso es que los romanos no usaban la frase que aludía a su ciudad sino “sed lupum video” (veo un lobo).
En español, la referencia más antigua que se ha rescatado es del siglo XV: «En mentando al ruin, héle venir» (mentar significa mencionar). Luego mutó a «en mentando al ruin de Roma, luego asoma».
Gustavo Adolfo Bécquer la usó en 1861 en su obra “Maese Pérez el organista”, haciendo decir a uno de sus personajes: «Pero, ¡calla!, en hablando del ruin de Roma, cátale que aquí se asoma».
Más adelante se transformó en «hablando del ruin de Roma, por la puerta asoma». Cuatro variantes del final fueron: “al punto, pronto, luego, presto (asoma)”.
En Roma se encuentra la sede del papado. El ruin vendría a ser el diablo. De hecho, la frase se tomó del inglés, donde se usaba de la siguiente manera: «Speak of the devil and he doth appear» (habla del diablo y él aparecerá). Este era un enunciado con que se machacaba a los campesinos de los feudos para que no dedicaran mucho tiempo a pensar en la naturaleza del bien y del mal. Mejor dicho, como sugiere Eamon Evans en “Lord Sandwich and the pants man”, se buscaba no solo que no meditaran acerca del diablo sino que no pensaran en nada. Ni siquiera en pensar.
Igual que hacemos nosotros, en la actualidad, también en el inglés se suele dejarla trunca: «Speak of the devil…».
En alemán tienen una fórmula idéntica y la mayoría de las lenguas han incluido la misma idea, por lo general mencionando en forma directa al diablo. Es probable que en España se haya obviado por superstición. Y eso hizo que la frase fuera separándose aún más de la idea original.
“Ruin”, que en muchos casos se reemplazaba por “rey”, se mantuvo hasta hace unos cien años. Ya en esos tiempos, la simplificación hizo lo suyo: Hablando del ruin de Roma… se comprimió en hablando de Roma.
¿Y el burro? No figura en ninguno de los ejemplos del mundo. Entre los argentinos, es un agregado de uso local proveniente del particular e ingenioso folclore cordobés.
Otras frases y palabras
Esta reseña está incluida en la obra “Historias de letras, palabras y frases”, del reconocido periodista y escritor Daniel Balmaceda, que investiga sobre el origen de muchas otras palabras o expresiones de uso cotidiano, como los que reproducimos.
¿Cuál es el origen de la palabra «candidato»? El término proviene de la toga cándida que vestían los postulantes a cargos en la Antigua Roma, que usaban como símbolo de transparencia y sinceridad.
¿Por qué decimos que alguien o algo “está baqueteado»? La baqueta era una vara de hierro con la que se castigaba a los desertores. La expresión se refiere al aspecto que presentaban después del castigo.
¿De dónde surge la frase «poner (o estar) en (o sobre) el tapete»? El paño que cubre una mesa de juego se denomina tapete. En los juegos de cartas, al colocar un naipe sobre el tapete, se expone ante todos los participantes. La locución alude a algo que se está discutiendo o examinando, o está siendo sometido a resolución.
¿Dónde nació la expresión «la mar en coche»? Al principio del siglo XX, en el Mediterráneo, ir a la playa en auto era un lujo para muy pocos, de allí la frase para significar el deseo insaciable de tenerlo todo, de darse todos los gustos.